Cómo dejar la cocaína, la dama blanca, el perico, el talco, el polvo blanco, la farlopa, la fatu… toda ella con varios sobrenombres con los que se conoce la cocaína. Una droga altamente adictiva que adquirió popularidad a partir de los años 70 y desde entonces ha tenido fieles consumidores. Se considera una sustancia dura, es decir, crea una dependencia tanto física como psíquica, de ahí que aquellos adictos que deciden dejarla pasan por el terrible período de abstinencia, en el que se enfrentan mucho más que a una depresión. Pero, ¿Cómo dejar la cocaína?
Si eres preso de la cocaína y has tomado la decisión de ponerle punto final a tu adicción, déjame reconocer que has dado el paso más importante, pocos se atreven. El tratamiento es desgastante, pero no tanto como seguir consumiendo. Debes saber que dejar la droga es sinónimo de darle un giro a tu vida, cambiar de hábitos, emplear técnicas que te ayuden a aprovechar tu tiempo de una manera mejor y más estructurada.
El proceso de desintoxicación es paulatino, vas a encontrar fuerza en los grupos de apoyo, muchísimas más historias con las que puedes conectar y concientizar lo que estás viviendo.
CÓMO DEJAR LA COCAÍNA
La cocaína es una droga adictiva, que tiene repercusiones graves a nivel cerebral. Proviene de las hojas secas de la coca. De hecho, anteriormente, los indígenas sudamericanos las masticaban, esto gracias a sus propiedades terapéuticas, pues poseen efectos estimulantes, analgésicos y anestésicos. Inclusive, durante el siglo XIX, fue empleada como anestesia local y ayudó en el tratamiento para adictos a la morfina.
Sin embargo, al convertirse en tendencia sus propiedades han sido alteradas, esto significa que hacen mezclas con otros químicos con tal de rebajar la cocaína y obtener ganancia, lo que pone doblemente en riesgo la vida del paciente. Aquella persona dependiente de la cocaína, se vuelve adicta a sentirse llena de energía, con la euforia por los cielos y siempre en un estado de alerta exagerado.
El adicto suele consumir la droga de dos maneras: soluble y no soluble. Se habla de soluble cuando se inhala por la nariz o se consume por vía intravenosa. Esta última tiene efectos más fuertes, porque la cocaína entra directamente por la sangre. Mientras que la versión no soluble, se refiere a los cristales, conocidos coloquialmente como crack. Los cuales se calientan para después poder fumar la sustancia. El vapor pasa por los pulmones y a su vez entra en la sangre, así que el efecto es, prácticamente, inmediato.
CÓMO SABER SI ALGUIEN ESTÁ CONSUMIENDO COCAÍNA
Desde luego, estas señales físicas del consumo de cocaína son muy generales. Para determinar si realmente una persona es adicta a esta sustancia tiene que someterse a una serie de exámenes exhaustivos. Si tú eres alguien cercano al adicto y ya confirmaste que consume cocaína, puedes confirmarlo en su nariz. Sin duda, es la parte del cuerpo en la que se puede notar fácilmente, no sólo por los restos de polvo blanco. Se nota por la constante irritabilidad nasal, esa manía en la que toca frecuentemente su nariz, secreciones, estornudos. Lo mismo sucede con los ojos, están muy irritados.
Trastornos de conducta
Por supuesto, que el consumo de cocaína tiene efectos a nivel conductual. El paciente experimenta subidas y bajadas en su estado de ánimo. A veces, con euforia por los cielos y otras veces perdido en la depresión. Es decir, al consumirla se le ve alegre, activo, pero cuando no es así, su estado es depresivo.
Trastornos alimenticios
Por otro lado, la manera en la que come un adicto a la cocaína es muy peculiar. Dos contrastes también, puede comer en cantidades escasas o caer en los conocidos atracones. Digamos que esas son las señales principales, pero también hay que tomar en cuenta su grupo de amigos, si tiene problemas de insomnio. Pregúntate, ¿Ha mentido frecuentemente? El adicto a la cocaína es capaz de plantear cualquier tipo de escenario con tal de evadir su enfermedad.
Sin embargo, sus cambios de humor lo dicen todo. Suele distanciarse, tener problemas en el trabajo, económicos y psicológicos. Aunque recuerda, que hay quienes pueden seguir funcionando con normalidad en la sociedad, pero detrás de las cuatro paredes de su habitación viven el mismo infierno.
POR QUÉ CONSUMIR COCAÍNA ES TAN ADICTIVO
De alguna manera, el cerebro se acostumbra a los efectos de la cocaína y al mismo tiempo se vuelve el doble de tolerante, esto quiere decir que conforme pasa el tiempo el adicto necesita consumir una dosis más alta. Una de las razones por las que es tan adictiva es porque afecta fibras nerviosas en el área tegmental ventral, es decir, un sitio en el cerebro que al activarse aumenta la segregación de dopamina. Así que provoca un aumento de afectividad y emotividad.
Cómo daña su vida un adicto a la cocaína
Pese a que muchos que caen en las redes de la cocaína sienten que tienen el control en un principio, la verdad es que no se pueden controlar sus efectos, depende del organismo de cada persona, así como su estado mental y emocional. La principal razón por la que quiere repetir una y otra vez, es porque experimenta un alto nivel de euforia. Sin embargo, una vez que hace efecto puede provocar inquietud, paranoia, irritabilidad. El adicto pierde el sentido de la realidad e incluso puede experimentar alucinaciones auditivas.
Lo cierto, es que el consumo de cocaína es tan impredecible como sus efectos. Por lo regular, cuando se inhala, el adicto puede presentar hemorragias nasales, pérdida del olfato, problemas al tragar, ronquera y secreción nasal. Desde luego, cuando se presenta alergia, la reacción puede tener un resultado fatalista. Si el paciente consume cocaína de manera crónica, es posible que presente desnutrición severa.
CÓMO DEJAR LA COCAÍINA CON EL MÉTODO MINNESOTA
Antes que nada quiero dejarte claro que por más determinado que esté un adicto a la cocaína en dejarla, necesita mucho más que voluntad. Esta droga no se puede abandonar sin apoyo profesional, tanto médico como psicológico. Como experto en adicciones, estoy consciente del grado de dependencia que tiene el adicto en estos casos.
De ahí que el tratamiento que ofrezco tiene un enfoque emocional, mental y espiritual. Desde luego, sin dejar de lado la parte física, la cual es muy importante, tomando en cuenta todas las consecuencias que la cocaína provoca en el organismo. A menudo, los familiares se muestran escépticos, minimizan las herramientas que ofrecemos, porque creen que dejar una droga siempre tiene que ser mediante un proceso invasivo y poco analizado. Sin duda, es un error que cometen algunas organizaciones, tratar al adicto desde el prejuicio.
Mi base es el Método Minnesota, el cual permite asumir al adicto como un enfermo, alguien que necesita ayuda no críticas. Partiendo de ahí la manera en que se trabaja es muy empática, el objetivo es reforzar la autoestima del paciente. Pues, es la única manera en la que se puede llegar al fondo de la adicción. ¿Qué está intentando evadir esa persona? La raíz de todo está en las emociones y mientras se lleva a cabo la desintoxicación, se cumplen con los doce pasos.
Estos permiten que el adicto se integre a los grupos terapéuticos y pueda exteriorizar lo que le agobia y la manera en la que se siente debido a su adicción. Por supuesto, hay más personas con historias similares, la intención es que conecten. Una manera sana en la que su mente está ocupada y al mismo tiempo se trabaja el autocontrol, es decir, piezas claves que ayudan a alcanzar la abstinencia.
El modelo Minnesota es mucho más que un programa para Alcohólicos, cada vez más personas lo emplean para combatir otro tipo de adicciones y el resultado es favorable. Se trata de una serie de técnicas cognitivo-conductuales que promueven el bienestar del adicto y lo motivan a encontrar su lado espiritual. Un poder superior que, acompañado de todas las demás estrategias, logra que el adicto deje la cocaína.
El infierno de la cocaína
Empieza con la idea de que la cocaína existe. Una droga capaz de acabar con la vida de una persona, volviendo sus días el mismo infierno. Sin embargo, el adicto descubre que tiene una enfermedad y ahí es cuando soltar la culpa le permite respirar profundamente y ver las cosas desde una perspectiva distinta, sin sentirse una basura. La cocaína lo hace actuar de manera involuntaria y eso es lo que hay que combatir.
Me gusta hacer hincapié en que un adicto a la cocaína no es él, es lo que la droga provoca en él. Altera a tal grado su cerebro y su comportamiento que termina perdiendo su salud mental, emocional y espiritual. La droga es capaz de quitarte todas las esperanzas, te hunde, estás perdido y lo que menos necesitas es que alguien te lo repita todo el tiempo. Un adicto cuando está listo quiere ayuda, nada más.
Confía, aquí nadie te juzgará, estamos para guiarte hacia el camino de la desintoxicación, para evaluar tu mente, integrarte a la sociedad y darte otra oportunidad, otra vida. El paso que más duele ya lo diste, aceptar que no puedes solo y que eso no te hace débil.
¡Tú puedes superarlo! Contáctame y te ayudaré.