El consumo de alcohol está tan normalizado en nuestra sociedad, que al pensar en la bebida lo primero que viene a tu mente es relajación, fiestas, un descanso merecido. Sin embargo, lo que comienza como un simple intercambio de copas se puede convertir en algo sumamente grave y ahí es cuando esta droga afecta significativamente a nivel mental, físico y emocional. En definitiva, es la sustancia adictiva más conocida en el mundo. Entonces, no te culpes ni llames exagerado, por querer evitar que tu hijo caiga en sus redes.
Lo cierto, es que una vez que el alcohol es ingerido provoca efectos secundarios tanto a corto plazo como a largo plazo. Desde luego, influye demasiado el estado del paciente, su historial clínico, hábitos y el contexto en el que se desenvuelve. Hay quienes pueden considerar que cierta cantidad no es dañina, pero cada organismo es diferente. Beber alcohol puede causar enfermedades, lesiones e incluso fallecimiento.
¿QUÉ CANTIDAD DE ALCOHOL ES SEGURA?
Aunque, muchos quisieran una respuesta, la realidad es que no hay una cantidad de alcohol que pueda considerarse apropiada. Sin embargo, lo recomendable es NO BEBER. Por supuesto, hay grupos sociales que son mucho más vulnerables que el resto, por ejemplo: los menores de edad, adultos mayores de 65 años, así como aquellas personas que consumen otro tipo de sustancias o que se exponen a riesgos, como conducir después de beber.
Por otro lado, es importante destacar que las embarazadas corren mucho riesgo al consumir alcohol, sobre todo, la salud del bebé. Cuando se consume alcohol, incluso en menores cantidades durante la gestación, el feto puede presentar las consecuencias sufriendo lesiones o enfermedades.
QUÉ PASA CUANDO ALGUIEN BEBE ALCOHOL
El consumo de alcohol tiene efectos secundarios, que en pequeñas cantidades pueden pasar desapercibidos, pero cuando hay un exceso la vida del bebedor corre peligro. Esta droga provoca mareos, pérdida de coordinación, vómitos, fatiga, dolor de cabeza, pérdida de juicio e incluso intoxicación, la cual puede tener un desenlace fatal.
Lo anterior, hace referencia al consumo de alcohol a corto plazo, pero, ¿Qué efectos tiene a largo plazo? Aquella persona que en promedio ingiere dos tragos al día puede afectar su salud de por vida. Para empezar, hay alta probabilidad de que haya una dependencia, el adicto requiere sí o sí la bebida, para continuar con su día. Eso sin contar que los cuadros de depresión y ansiedad aumentan.
Por otro lado, beber alcohol puede provocar un aumento de peso alarmante. Hay estudios que hablan del aumento de riesgo de cáncer por su consumo. Si todavía estás dudando de los efectos negativos que tiene en tu salud, quiero explicarte a detalle en lo que se puede convertir tu día a día:
Una persona adicta al alcohol, daña su cerebro de manera irreparable, esa es la razón por la que le cuesta demasiado concentrarse, su memoria cada vez es más deficiente y su estado de ánimo es muy cambiante. Sin embargo, eso no es lo peor, el alcohólico tiene más probabilidades de padecer problemas de demencia o derrame cerebral.
Además, la salud cardíaca se ve sumamente afectada, no es casualidad que la presión arterial aumente. Por lo tanto, los ataques cardíacos son una realidad. Desde luego, no se puede dejar de lado la salud del hígado, se ha hecho mucho hincapié en que aumenta la posibilidad de padecer cáncer de hígado. De hecho, beber alcohol de manera excesiva incrementa el riesgo de cirrosis hepática. Lo mismo sucede con el estómago, las úlceras estomacales son muy frecuentes en pacientes alcohólicos.
Finalmente, otro efecto negativo a largo plazo por consumir alcohol son los problemas a nivel fértil, particularmente, en el caso de los hombres, pues los niveles de testosterona bajan bruscamente. Sin embargo, las mujeres no se libran de estos efectos, también tienen cambios graves en su período.
EL RIESGO DE QUE TE HIJO CAIGA EN LAS REDES DEL ALCOHOL
En definitiva, la preocupación de los padres está justificada, confía en tus instintos, si algo te dice que las cosas no están bien, estás en todo tu derecho de indagar en la vida de tu hijo. Un menor de edad jamás tiene el control, aunque eso piense, su cerebro todavía no está listo para tomar decisiones y todo le resulta fácil, no es capaz de analizar a detalle las consecuencias de sus actos y los riesgos a los que se expone.
Por ello, prevenir el alcoholismo en los adolescentes se ha vuelto una pieza clave hoy en día. Pese a toda la educación que un niño reciba en casa, conforme va creciendo hay que aprender a soltarlo, no es fácil. Como padre quisieras meter a tu hijo en una burbuja y protegerlo de todo, pero es imposible. Tarde o temprano saldrá al mundo y las malas influencias son una realidad. En su camino encontrará personas que le ofrezcan un trago, drogas y mucho más.
No es para alarmar a nadie, pero las cifras no mienten y es angustiante la cantidad de adolescentes que terminan dependiendo del alcohol. Esto quiere decir que los números prueban que los adolescentes entre 14 y 18 años son los más expuestos. Y para aclarar aún más las cifras, las niñas son más propensas a caer en las redes de esta sustancia psicoactiva.
Es un hecho, la cultura juvenil preocupa y mucho, porque la adolescencia es una etapa muy vulnerable y hay muchos chicos que harán lo que sea con tal de pertenecer a un grupo social, nadie quiere experimentar el rechazo.
EL ALCOHOL Y LOS FINES DE SEMANA
Lo primero que quiero dejar claro es que el alcoholismo es una enfermedad, por ningún motivo, hay que rechazar al consumidor, hacer que se sienta humillado no ayuda en nada. Esto para aquellos que ya están enfermos y les cuesta muchísimo salir de ahí. Sin embargo, los adolescentes que apenas están experimentando los efectos del alcohol también pueden sentirse juzgados y por rebeldía terminan haciendo justo eso que sus padres detestan. Entonces, los fines de semana y el alcohol se vuelven uno mismo.
¿Con qué se relaciona la bebida? El adolescente lo ve como simple entretenimiento, una manera simple en la que puede agregarle un toque creativo a su vida. Para muchos el alcohol es la valentía que necesitan a la hora de socializar. Es muy habitual que los adolescentes busquen las fiestas en las que todo tipo de drogas estén incluidas. De ahí que es importante que analices si tu hijo presenta factores de riesgo para caer en la tentación. Te explico:
- Si percibes que a tu hijo le cuesta socializar, no se siente aceptado y empieza a cambiar drásticamente su comportamiento, probablemente esté buscando la manera desesperada de encajar. Es importante que no dejes pasar estas señales, porque la única manera en la que va a salir victorioso, es reforzando su autoestima y mejorando sus relaciones sociales.
- Ten en cuenta que tu hijo adolescente, está luchando con muchos cambios, se quiere aceptar y busca su identidad. Es por ello que hasta cierto punto es muy normal que intente imitar a las personas de su alrededor.
- El adolescente quiere demostrar que es maduro, pero no es real. Escucha a tu hijo, sus problemas importan.
El peor error que puedes cometer es asumir que todo va a estar bien, tu hijo tiene problemas emocionales y psicológicos de los que probablemente no hable con nadie. ¿Cómo es el ambiente en casa?, ¿la relación entre ustedes es buena?, ¿De qué ha sido testigo el menor? A veces, sólo quiere escapar de su realidad y experimentar algo nuevo, se vuelve el pretexto perfecto para volverse preso de la bebida. Un menor que crece en entornos abusivos tiene muchas más probabilidades de tener una adicción al alcohol.
QUÉ PASA SI DESCRUBRES QUE TU HIJO BEBE ALCOHOL
Anteriormente, te expliqué los efectos negativos que el alcohol tiene en el organismo, pero, ¿Qué pasa cuando se trata de un adolescente?, ¿los efectos empeoran? La respuesta es sí, porque el adolescente todavía está en un proceso de maduración cerebral y el consumo de alcohol afecta su sistema nervioso y por ende la manera en la que funciona el cerebro. Sin embargo, no sólo se trata de algo mental, consumir alcohol a temprana edad también genera alteraciones emocionales, esto es sinónimo de un desequilibrio total para el adolescente.
El adolescente no tiene la suficiente conciencia para determinar lo que le conviene y lo que no. Sin embargo, al beber esa capacidad de tomar decisiones empeora. El alcohol causa daños y en muchos casos son irreparables, por ejemplo, los cambios neuronales. No es coincidencia que presente problemas de memoria y bajo rendimiento en la escuela.
Eso es desde el punto de vista mental, pero, también están los daños colaterales, es decir, al no estar en sus cinco sentidos, el adolescente expone el doble a sufrir accidentes, tener relaciones sin protección o realizar cualquier otra actividad que lo ponga en riesgo. El comportamiento en contra de la autoridad se intensifica, porque se empeña en que tiene la razón y lo demás no le interesa.
Señales de que tu hijo está consumiendo alcohol
- Su aliento es inusual.
- No se comunica de manera clara, divaga todo el tiempo.
- Le cuesta mantener el equilibrio.
- Sus cambios de humor son cada vez más intensos.
- Ha dejado sus pasatiempos de lado.
- Su círculo social ya no es el mismo.
- Tiene problemas alimenticios.
- Le cuesta conciliar el sueño.
- Siempre está a defensiva y peleando con todos.
Cómo prevenir el consumo de alcohol
Lamentablemente, el acceso a todo tipo de droga hoy en día es como un pestañeo, están al alcance de todo el mundo, incluyendo los menores de edad. Sin embargo, levantar un enorme muro es lo peor que puedes hacer. Un adolescente requiere reglas y una guía estructurada, pero jamás cerrarse al grado de que tu autoridad es la única que importa y punto. Si te vuelves severo en ese aspecto, lo único que vas a conseguir es que se rompa la posible confianza que hay entre los dos.
Las prohibiciones en los adolescentes no funcionan, porque ellos lo ven como una invasión a su identidad, se sienten heridos y quieren demostrar que su palabra importa, así que harán todo lo contrario. Entonces, ¿Por dónde empezar? Tu hijo necesita amor, comprensión, pero sobre todo, valores, llevar una vida en la que el respeto hacia los demás es indispensable, pero no más importante que el respeto a sí mismo.
Lo ideal es que trabajes en su interior, motivarlo a que lleve una vida más saludable y en especial ponerle el ejemplo. De nada sirve que le digas que tiene que empezar a hacer ejercicio, comer más nutrientes, leer y demás, si a ti te ve comiendo chatarra mientras le haces honor a la vida sedentaria. La educación en el hogar tiene que ser firme, profunda, pero congruente, no hagas cosas que lo hagan preguntarse una y otra vez, si es correcto o no.
El adolescente necesita crear su propia opinión
Aunque parezca absurdo, un menor de edad requiere que le pongas la situación sobre la mesa y que le expliques con manzanas si es necesario. El bien y el mal lo conoce, pero si le ejemplificas todo puede ser mejor. El hecho de que conozca casos cercanos de personas a las que no les está yendo nada bien por consumir alcohol, ayuda bastante. El adolescente puede ir creando su propia opinión de lo que le agradaría y lo que no, tener en la vida.
Te recomiendo que no lo hagas con insultos hacia la persona que consume alcohol, habla sobre el tema, como si estuvieras hablando de cualquier otra enfermedad que hay que combatir.
Las pláticas escolares sirven, pero como padre jamás debes dejarle toda la responsabilidad a los maestros, si ambos hacen su parte el resultado será bueno.
LA INTERVENCIÓN EN LA ADOLESCENCIA
Antes de irte al extremo, te recomiendo que guardes la calma. Si sospechas que tu hijo está consumiendo alcohol y que lo hace excesivamente, entonces lo mejor es consultar a un especialista. Como experto en adicciones te puedo orientar desde el primer paso hasta el último. No es fácil como padre aceptar que tu hijo se está refugiando en la bebida, pero una vez que lo haces la rehabilitación se vuelve menos caótica.
De ninguna manera, te atrevas a establecer un diagnóstico, etiquetar a tu hijo como adicto sólo aumentará la tensión y probablemente su resistencia a sanar. La sensibilización en estos casos es pieza clave. El hecho de que alguien consuma alcohol puede tener una infinidad de trasfondos, en los que hay que indagar de manera respetuosa para poder sugerir el tratamiento más oportuno.
No sirve de nada que minimices a tu hijo, diciéndole que lo creías más inteligente, porque el consumo de alcohol afecta la salud pública, la posibilidad de que alguien caiga en el vicio es muy alta. Prácticamente, cualquiera, pero lo que lo vuelve el doble de grave, es que muchas veces el alcohol sólo es el primer paso para consumir drogas todavía más peligrosas. Es decir, lo que se conoce como policonsumo de drogas.
Esto significa que ante las primeras señales tienes que tomar medidas para que no se convierta en una adicción. Te lo digo sinceramente, no dejes que tus impulsos sean los que decidan, date el tiempo de calmarte y analizar a profundidad, busca información, acércate a grupos, aquí te puedo guiar.
Qué es lo que no debes hacer
Al principio, te explicaba lo peligroso que es normalizar el consumo de alcohol, es tan aceptado, que muchas veces parece gracioso que un menor de edad juegue con la idea de que consume alcohol. Definitivamente, motivar a que ese tipo de comportamiento sea saludable, es muy grave. Ningún niño debería probar alcohol durante la infancia, mucho menos para amenizar el ambiente.
Hay estudios que demuestran que aquellos adolescentes a los que se les permite beber alcohol, tienden adoptar actitudes adictivas en un futuro, pues las cantidades les parecen pequeñas y quieren consumir cada vez más. Si los padres no establecen límites les va a costar el doble hacerlo, ya que el menor haya probado alguna droga.
Es sumamente importante retrasar lo más que se pueda el contacto que un menor de edad tiene con el alcohol. Porque no es gracioso y además se está poniendo en riesgo la salud cerebral del menor. Un hijo no necesita saltarse etapas y menos demostrar su valor a través de una bebida o cualquier otro tipo de sustancia nociva.
Un hijo lo que necesita es una guía disciplinada, en la que sea escuchado y no obligado. Los valores son indispensables, entre más positivo sea el ambiente en el que crezca, mejores resultados va a tener. La comunicación no es algo que se tenga que dejar para después, al menos 10 minutos al día le debes dar a tu hijo y de calidad. Lo ideal es que sean dos horas, pero entiendo que el trabajo y las obligaciones no siempre lo permiten. No dejes que tu hijo encuentre el aliento que puede tener en tus brazos, tus conversaciones y tus muestras de cariño.
Tu hijo se siente solo, no lo abandones
Por supuesto, que nadie nace siendo un excelente padre, eso lo aprendes en el camino. Sin embargo, considero que lo más complicado es desaprender. A veces, te acostumbras a una rutina, a la manera en la que fuiste criado, pero romper patrones es lo más sano que podrás hacer por tu hijo. Él te necesita, quiere que te pongas en su lugar, vuelve a tu adolescencia, dime, ¿Cómo te sentías tú? Quizás está pasando por lo mismo.
Tu hijo se está descubriendo, sé que te es difícil entender que quiera ir en contra de las reglas, que decida cortarse el cabello, teñirlo o usar una vestimenta inusual. De verdad, no vale la pena que se forme una enemistad entre padre e hijo, por algo banal y la mayoría de las veces temporal. Cuando debes tener una actitud deliberada es en el momento que su bienestar corra peligro y te des cuenta de que está involucrado en el consumo del alcohol o las drogas.
Por otro lado, jamás pongas tus expectativas sobre sus hombros, es demasiada presión para un adolescente. Es decir, sé que te gustaría que hiciera ciertas cosas, que se comportara de cierta manera, pero es tu hijo, no tu marioneta. Exigirle a ese nivel sólo hará que se sienta inferior.
Esto se trata de no cruzar la línea, siempre en el punto medio, la adolescencia es sinónimo de experimentación, los riesgos son reales, pero hay que permitir que también se tropiecen de vez en cuando. Si caes en la sobreprotección no estás preparando a tu hijo para un mundo real.
Tu hijo necesita un padre, no un amigo
No olvides eso, porque ser demasiado permisivo también es malo.
En definitiva, tendrá momentos en los que no te va a tolerar para nada, porque no estará de acuerdo con tus decisiones, pero con el paso del tiempo entenderá que todo lo que has hecho por él ha sido desde el amor. Estar atento a los signos de alerta, es muy bueno, no asumas que cada cambio es normal y confía en tu voz interior.
Tu hijo necesita sentirse valorado, respetado, pero con límites, jamás te sientas culpable por establecer horarios, tiempos en televisión o en el móvil. Eso es parte de su formación, la vida se trata de reglas y es mejor que lo entienda desde pequeño. A medida que vaya creciendo notarás que cada vez es más independiente, pero también fuerte. No te va a preocupar que salga con cualquier persona, porque confiarás en sus decisiones, basadas en todo lo que ha aprendido en casa.
Sé paciente…