¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre en el cerebro de un adicto? Sin duda, la adicción a sustancias ha ido en aumento, tanto que hoy en día se considera un problema de salud pública. Particularmente, la zona cerebral sufre cambios fisiológicos. Esto porque se crea un círculo vicioso, en el que las sustancias o el comportamiento compulsivo activan un efecto placentero, que se quiere repetir de manera continua. Lo preocupante es que conforme aumentan las dosis y el tiempo de ingesta, el organismo se vuelve más tolerante. Es decir, la próxima vez necesitará ingerir una mayor cantidad de droga.
Uno de los cambios principales en el cerebro es la hiperactivación, esto se presenta cuando la persona no consume la droga o tiene el comportamiento compulsivo. Es decir, si por alguna razón intente desintoxicar su cuerpo, durante el período de abstinencia puede tener una recaída, porque el cerebro le exige que consuma. De hecho, se activa el globo pálido interno, por lo tanto, pierde el control del placer y su comportamiento es impulsivo.
El órgano más complejo
Pese a que son muchísimas las investigaciones que se han realizado respecto a las adicciones y el cerebro, los expertos todavía tienen opiniones encontradas, pues el cerebro es un órgano muy difícil de entender. Sin embargo, su salud es indispensable para tener calidad de vida. Puesto que se encarga de cumplir con las funciones simples, el día a día. Si el cerebro tiene alteraciones, la manera en la que se interpreta y se vive puede convertirse en un completo caos.
El cerebro nos permite poner sobre la mesa opiniones, emociones, pensamientos y comportamientos. Sin embargo, al ser dependiente de una sustancia o realizar alguna actividad de manera compulsiva, sus funciones no suelen ser las mismas.
La adicción es un trastorno
En definitiva, la adicción a las drogas, es un trastorno muy complejo. Recientemente, algunos estudios explican que el uso de drogas afecta factores biológicos, tales como circuitos neuronales y genes. Esta es una razón más por la que debemos tratar la adicción como lo que es, una enfermedad que daña significativamente al cerebro y por ende cambia su comportamiento. Las sustancias impiden que el adicto pueda tener un control y es por ello que no puede dejar de consumir.
Lo que preocupa a un gran número de familias es que el infierno puede comenzar con el primer contacto, es decir, cuando la persona quiere consumir una droga para experimentar y aumentar su lado creativo. Lo malo es que una vez que se vuelve frecuente difícilmente puedes dar marcha atrás. Aunque, hay algunas drogas que son más adictivas que otras. Por ejemplo, los opioides que son fármacos recetados para reducir el dolor, tales como la heroína o el fentanilo.
Por lo regular, detrás de un adicto hay una persona con una carga emocional muy fuerte, por ello, no hay que juzgar sin conocer la historia. Es posible que su vacío sea tan grande que la única manera en la que encuentra bienestar es a través del consumo. Se vuelve algo dependiente y es peor en el caso de las drogas psicoactivas, es decir, aquellas que afectan la conciencia mental. Por ejemplo: la marihuana, anfetaminas, cocaína, entre otras.
El adicto puede intentarlo mil veces, pero le será muy complicado dejar la droga sin una guía profesional. No es fácil vencer el síndrome de abstinencia, se requiere apoyo psicológico, médico e incluso espiritual. La red de apoyo es pieza clave para liberarse de una droga.
Cambio estructural por adicciones
La adicción a las drogas tiene efectos negativos en el sistema nervioso central, se habla de modificaciones que perduran durante un largo tiempo e incluso llegan a ser permanentes. Los cambios se intensifican cada vez que el adicto tiene una recaída y termina consumiendo la sustancia.
Esa es la razón por la que el tratamiento para dejar la droga debe ser prolongado, un día a la vez, es la única manera en la que se pueden revertir los efectos, los cambios a nivel cerebral. Desde luego, hay que tomar en cuenta que cada caso es único, influye el historial clínico del paciente, su vulnerabilidad genética e incluso el contexto en el que se desenvuelve.
En el momento que una persona consume drogas, las vías nerviosas se activan, es decir, los dos circuitos de recompensa: vía mesolímbica, que proyecta desde el área tegmental ventral al núcleo accumbens, la amígdala y el septo. Y la vía mesocortical, que proyecta desde el área tegmental ventral a las cortezas entorrinal y prefrontal. La dopamina es el principal neurotransmisor que tiene efectos en estas zonas, pues permite que se dé este sistema de recompensa, en el que otorga efectos aparentemente positivos por un período de tiempo corto. De ahí que la cocaína y las anfetaminas tienen efectos inmediatos.
Conductas de recompensa
Cuando la administración de drogas es recurrente se presentan dos cosas: la abstinencia y la sensibilización. Por su parte, la abstinencia es cuando el adicto no consume y, por lo tanto, su estado emocional cambia, está más ansioso, irritable o depresivo. Mientras que la sensibilización, es la asociación que el adicto hace con la droga, es decir, los niveles altos de dopamina que lo harán sentir mucho mejor. Prácticamente, es su motivación.
Cómo operan las drogas en el cerebro
Para que el cerebro reciba órdenes necesita que las neuronas envíen, reciban y lleven a cabo la información. Sin embargo, cuando alguien consume drogas, dicho proceso se ve claramente afectado, es decir, las drogas simulan las sustancias químicas del cerebro, lo cual lo confunde y hace que haga cosas impulsivas.
De hecho, hay drogas como la cocaína, que provocan que las neuronas liberen una cantidad exagerada de neurotransmisores, lo que provoca una comunicación anormal. Se afectan zonas indispensables para cumplir con las actividades cotidianas, tales como: los ganglios basales, la amígdala extendida y la corteza prefrontal. A continuación te explico más a detalle:
La zona de los ganglios basales es la que permite que el ser humano experimente momentos de satisfacción, por ejemplo cuando se tienen relaciones o se consume un platillo rico. No obstante, cuando se consume una droga se genera hiperactividad, es decir, se siente un bienestar a nivel exagerado. Esto quiere decir que conforme aumenta el consumo, el cerebro se adapta y es complicado que sienta placer con otra cosa que no sea la droga.
Efectos durante el síndrome de abstinencia
Por otro lado, la amígdala extendida, es la que se activa ante los sucesos que provocan desesperación, ansiedad e irritabilidad. Desde luego, son efectos que se presentan durante el síndrome de abstinencia. Una vez que el adicto suspende la ingesta de droga, presenta todos estos cambios que a su vez obligan a la persona a volver a consumir para aliviar el malestar que presentan y sentir euforia.
En el caso de la corteza prefrontal, es la que se encarga de procesar nuestros pensamientos, nos ayuda a planificar, tomar decisiones, controlar arrebatos y encontrar soluciones. Sin embargo, es una zona que tarda más tiempo en alcanzar un grado de madurez, por ejemplo, en el caso de los adolescentes no la tienen bien desarrollada y eso los vuelve más vulnerables ante las drogas. Pues, tienen actitudes impredecibles y compulsivas.
Otra zona del cerebro que se ve afectada por las drogas es el tronco del encéfalo, el cual tiene una función muy importante, pues gracias a él podemos respirar, conciliar el sueño e incluso mantiene la frecuencia cardíaca. Por ello, cuando el adicto tiene una sobredosis, su respiración se ve afectada y puede perder la vida.
Por qué las drogas son tan adictivas
La sensación que experimenta el paciente al consumir una droga, es un beneficio momentáneo que engaña al cerebro. Una liberación de endorfinas que le hacen creer que está obteniendo algo tan gratificante que es absurdo perder el tiempo pensando en los efectos negativos.
Cada actividad que realizas el cerebro la toma en cuenta, sobre todo, aquellas que le producen bienestar, tales como comer, conversar con los amigos o estar con tu pareja. De ahí que te motiva a repetir dichas conductas. Cada vez que experimentas alguna de estas actividades, la dopamina se hace presente y el cerebro es engañado, quiere volver a sentir y ahí es cuando drogarse se puede volver un hábito.
Por supuesto, entre más alta sea la dosis mayor sensación de euforia se presenta, por eso se vuelve tan adictivo. El cerebro quiere a toda costa la droga, tanto que el adicto es capaz de dejar sus pasatiempos con tal de drogarse.
El peligro del reflejo aprendido
Como especialista en adicciones quisiera decir que una vez que el adicto comienza el tratamiento se acaba la pesadilla. Sin embargo, no es tan fácil, el mundo de las drogas es desgastante y muy impredecible. En el momento en el que se expone al organismo, las recaídas son una realidad. El cerebro aprende y muestra un deseo incontrolable de consumir, incluso cuando no se encuentra en un contexto en el que haya drogas.
Los expertos lo llaman reflejo aprendido, el cual no tiene una fecha de caducidad, esto quiere decir que un adicto puede dejar las drogas y al cabo de muchísimos años después volver a caer. Es porque el cerebro no olvida y es la razón por la que hay que estar en tratamiento permanente. Desde luego, no significa que el paciente esté medicado de por vida, simplemente, la psicoterapia de vez en cuando es una gran opción para mantener las emociones en equilibrio y poder detectar cualquier anormalidad a tiempo.
El cerebro no hace distinciones
Hay placeres en la vida que el cerebro no diferencia de los efectos que ofrecen las drogas. Eso quiere decir que los neurotransmisores se activan de la misma manera con tal de obtener una recompensa. La persona simplemente experimenta satisfacción y disfruta cada vez que lo repite. El problema es que el cerebro se acostumbra a grandes cantidades de sustancias y cada vez quiere más. Al no obtenerlo, puede caer en un período depresivo, no tiene motivación de nada y por eso ya no le interesa cumplir con sus pasatiempos, no le generan nada.
Un adicto necesita consumir para cumplir con el día a día. Por supuesto, las grandes cantidades de droga son un peligro latente, pues el deseo desesperado por experimentar euforia lo puede llevar a tener una sobredosis.
Cómo salir de una adicción
Si llegaste a este punto es porque genuinamente te interesa salir de una adicción o ayudar a un ser querido. Te felicito por querer hacer las cosas diferentes, pero tienes que ser lo más realista posible, no sirve de nada que imagines que todo será como antes sólo por asistir a terapia. Para que un adicto alcance la sanación se necesita disciplina y constancia, es un trabajo duro y desgastante. Sin embargo, con la ayuda adecuada es posible tratar con éxito la adicción.
Para empezar, tienes que ver la adicción como lo que es, un trastorno difícil de controlar. Como ya viste, es una conexión a nivel cerebral lo que las drogas hacen, por ello, es prácticamente imposible sólo tomar la decisión de dejar las sustancias. Particularmente, me gusta emplear el Método Minnesota, pues sus resultados han sido comprobados durante muchos años sin tener que caer en lo agresivo. El único objetivo es que el paciente recupere su vida y pueda integrarse a la sociedad de una manera productiva.
Una enfermedad que tiene cura
El tratamiento de la drogadicción es tan prometedor como cualquier otro combatiendo una enfermedad crónica. Desde luego, las altas y bajas son una posibilidad, pero es parte de vencer el período de abstinencia. Particularmente, los doce pasos que ofrece el Método Minnesota permiten que el enfermo recupere el control poco a poco. Por medio de psicoterapia individual y grupal. La idea es que comparta su sentir con otras personas que estén pasando por lo mismo y pueda ver que es posible tener una vida distinta.
Cabe destacar, que el hecho de que un paciente caiga de nuevo en las drogas no es sinónimo de que el tratamiento no ha sido exitoso. Muchas veces es parte del proceso, aunque con la supervisión y el apoyo correcto disminuye la posibilidad de que vuelva a caer. Es muy común en los pacientes con enfermedades crónicas y las recaídas permiten indagar en el tratamiento, hacer cambios necesarios y volver a empezar.
Modificar las conductas arraigadas
El tratamiento contra las adicciones busca cambiar las conductas que el adicto ha llevado a cabo durante mucho tiempo. Por supuesto, esto es un desafío, desaprender es muy complicado, más que aprender algo nuevo. Si bien volver a consumir es algo habitual durante el tratamiento, hay drogas que son muy peligrosas y en esos casos hay que tomar medidas más extremas para evitar que la vida del paciente se ponga en riesgo.
Eso es lo delicado del período de abstinencia, no se debe tomar a la ligera porque el organismo y el cerebro se acostumbran a una dosis menor de droga y al volver a consumir grandes cantidades se presenta la sobredosis.
Cómo saber si el tratamiento está funcionando
Está claro que cada tipo de adicción se trata de una manera en específica, es irresponsable querer remediar todo con el mismo método. Hay algunos casos en los que la psicoterapia es lo principal, pero otros que requieren la opinión de más expertos, un trabajo en conjunto, en donde la medicación es la primera línea de tratamiento, pero sin dejar de lado la terapia conductual.
Es decir, hay medicina que ayuda a que el paciente entre en el período de desintoxicación más rápido. No obstante, el tratamiento debe ser muy personalizado, hay que tomar en cuenta el estado clínico del paciente, su contexto, genética y muchos otros puntos más.
El camino para dejar las drogas
Como ser querido de un paciente debes saber que el período de abstinencia será tan intenso, que una parte de ti pensará que tal vez es mejor que regrese al principio. Esto porque tendrá cambios bruscos a nivel físico y emocional. Es decir, la dificultad para dormir será un hecho, estará más irritable, con la ansiedad por los suelos o puede que la depresión se convierta en su mejor compañía. De ahí la importancia de acudir a terapia.
Además, hay medicamentos que ayudan a contrarrestar dichos efectos. Sin embargo, no es algo instantáneo, el cerebro va a tardar en adaptarse a no estar recibiendo la sustancia que le daba un placer momentáneo.
Cómo ayuda la terapia en las adicciones
Como mencioné anteriormente, para dejar las drogas es indispensable cambiar la conducta del enfermo. Es decir, poco a poco ir adquiriendo otro tipo de comportamientos que ayuden a que pueda manejar los momentos de estrés de una manera más saludable. La terapia conductual motiva a que el paciente sea capaz de reconocer en lo que se ha convertido su vida, no es para que se sienta mal consigo mismo, es para que pueda buscar soluciones y evitar caer de nuevo en el consumismo.
La terapia se vuelve una herramienta para sobrellevar los períodos de contingencia, en la que se realizan ejercicios de recompensa, es decir, el enfermo es capaz de ver todo lo que puede ganar cuando no consume y eso se vuelve su máxima motivación.
Por ello, es tan importante la participación de los familiares y amigos, porque el paciente tiene que ir cumpliendo con varias indicaciones, en las que puede afrontar lo malo que hizo en el pasado, pedir perdón y enfocarse en construir relaciones sanas. El Método Minnesota plantea los doce pasos, las cuales se llevan a cabo en 12 sesiones, por lo general, es un tratamiento semanal, pero siempre está el apoyo de los especialistas en caso de cualquier anomalía o una intervención de imprevisto.
Un buen tratamiento hará la diferencia
Hay una cosa en la que me gusta hacer hincapié respecto a mis pacientes, no se trata sólo de dejar la droga, ese sólo es el inicio. La recuperación es compleja y requiere tiempo para que se concrete. A menudo, el paciente entra en shock porque no está preparado para un cambio tan profundo, eso puede hacer que desista, porque su salud se ve afectada y cree que lo mejor es no continuar. Sin embargo, al ver lo positivo en el trabajo, su familia y demás, su perspectiva se modifica.
Si quieres recibir más información sobre los tratamientos para combatir las drogas, puedes echar un vistazo en mi sitio o enviarme tus dudas sin ningún tipo de compromiso. Estoy aquí para ayudarte y te aseguro que sé lo difícil que es tomar la decisión de ayudar a un ser querido o tú mismo dejar las drogas. Sin embargo, si estás en el sitio correcto, puedo guiarte desde el primer paso hasta el último. He sido partícipe de la rehabilitación de muchos enfermos presos de las drogas y tú puedes ser el próximo.
No lo olvides, no estás solo, hoy es un buen día para comenzar. Hazlo por ti, recuperar tu vida está en tus manos.