Cómo saber si mi hijo es adicto es algo que muchas personas se preguntan. Primero que nada quiero dejarte claro que el bienestar de tu hijo no es una exageración, si tienes la duda de que es adicto, estás en todo tu derecho, como padre, de indagar en la situación. Sin embargo, debo advertirte que implica un proceso sumamente doloroso, incluso si no es dependiente de alguna sustancia. Esto porque hay una línea muy delgada, en la que puede sentirse ofendido porque no confías en él. Sin embargo, recuerda que todo lo que se hace de una manera exagerada, es sinónimo de alerta roja. Hoy te lo digo, no estás solo, en nuestro centro recibimos un sin número de llamadas, provenientes de padres que están tan confundidos como tú.
Definitivamente, la adicción es un trastorno cerebral, esto quiere decir que puede ser por causas neurológicas o psiquiátricas. Es importante aclararlo, para que comprendas que tu hijo no está consumiendo sustancias por falta de voluntad, es algo mucho más fuerte. El trasfondo del escenario es lo que hay que analizar.
El peor error que puedes cometer como padre, es permitir que tus prejuicios te llenen la cabeza de cosas que ni siquiera te constan. Está claro que tu hijo está expuesto al alcohol y las drogas, pero eso no quiere decir que forzosamente es un adicto.
QUE ES UNA ADICCIÓN
Una adicción se define como una anomalía en el cerebro, que con el paso del tiempo se vuelve crónica. Por tres factores, el paciente tiene una ganancia, una motivación y memoria. Es decir, el cuerpo exige cierta sustancia o conducta que lo ayuda a evadir las consecuencias de sus actos. Es posible que el adicto decida no seguir consumiendo o llevando a cabo actitudes destructivas, sin embargo, quiere, pero no puede. Por ende, la falta de autocontrol hace que se sienta frustrado e inevitablemente cae de nuevo en el círculo vicioso.
Lo cierto, es que la adicción se puede volver el peor de los enemigos, un fantasma que no deja que tu hijo lleve a cabo sus actividades cotidianas. Desde luego, si no se trata a tiempo, más adelante el escenario se vuelve cruel. El abuso de sustancias puede cambiar brutalmente la vida de una persona, hasta volverse irreconocible. De acuerdo a las estadísticas, una de cada tres personas experimentan algún tipo de adicción, una cifra verdaderamente alarmante, pero que pocos asimilan. Ser adicto es mucho más que consumir drogas y alcohol. Sin embargo, es lo que más preocupa más a los padres, así como el consumo de tabaco, marihuana, narcóticos y cocaína.
Adicciones de las que no hablan
No hay que minimizar, existen otros comportamientos de los que nadie habla y también pueden desencadenar problemas de adicción. Por ejemplo: los videojuegos, la cafeína, el consumo excesivo de alimentos, la tecnología, el trabajo y hasta las relaciones. Es posible que esto entre en la categoría psiquiátrica, pero no por eso es menos peligroso. Entonces, ¿Cómo puedes saber si tu hijo es adicto? Uno de los síntomas más evidentes aparece cuando carece de su recompensa, es decir, la sustancia o conducta.
En este caso, el paciente puede experimentar problemas físicos y mentales, debido a la abstinencia. Así que estará molesto, con dolor de cabeza e incluso otros malestares. Llega un punto en el que el adicto pierde su parte racional, su objetivo es consumir una y otra vez. Busca la satisfacción, esa felicidad que lo ayuda a huir de todo lo malo que vive. Son sus circuitos cerebrales los que disfrutan cada vez que tu hijo emplea dicha conducta.
Por otro lado, una de las preguntas que más agobian a los padres es, ¿Cuánto tiempo debe transcurrir para que mi hijo se considere un adicto? Lamentablemente, no hay una cifra exacta, pero te estoy hablando de un período prolongado, es decir, por lo menos durante un año. Hay que preocuparse si el paciente no tiene el mismo comportamiento con o sin las sustancias, tanto a nivel físico, mental y emocional.
No podrá dejar la droga rápidamente
En términos físicos, cuando un adicto consume una droga, esta viaja de manera acelerada por medio del torrente sanguíneo, con el único objetivo de provocar un efecto en el cerebro y así modificar la conducta. Sin embargo, cuando se hace continuamente, las consecuencias pueden ser fatales. Uno de los principales motivos por el que podría ser muy grave, es porque el paciente se vuelve tolerable a la droga. Por lo tanto, exige cada vez más, necesita que el efecto sea intenso.
Definitivamente, si tu hijo es adicto, requiere dejar la droga o las conductas nocivas de una manera paulatina. Poco a poco hay que disminuir la dosis, porque si lo hace de golpe el síndrome de abstinencia puede ser contraproducente. Por ello, las recaídas, porque cuando tiene oportunidad de volver a consumir lo hace en grandes cantidades.
Cómo ayudar a tu hijo a salir de la adicción
El primer paso es poner el problema sobre la mesa, para ello necesitas conectar con tu hijo, haz el doble de esfuerzo y por primera vez honra la empatía, te está pidiendo a gritos que te pongas en sus zapatos. Pregúntate, ¿Cómo te sentirías tú? Trata de hablar sobre su día a día, tú lo conoces, sabes los temas que le apasionan. Sinceramente, vas a conseguir muy poco diciéndole lo negativo que es consumir sustancias o lo mal que se ven, aquellos que lo hacen.
Cabe destacar, que las sustancias son las más conocidas cuando se habla de adicciones, pero hoy en día hay otras conductas preocupantes, por ejemplo, la dependencia a la tecnología o los videojuegos. Los adolescentes e incluso adultos, están evadiendo su dolor de muchísimas maneras.
Evadiendo la adicción, no ayudas en nada
En la sociedad las drogas no son bien recibidas, esto hace más difícil que dentro de la familia se acepte que alguien es adicto. Desde luego, es peor cuando ese alguien, es tu hijo, te niegas a aceptarlo, porque eso implica que te hagas responsable y es más fácil evadir. La culpa sólo te hundirá en depresión y no ayudarás a tu hijo. Por lo regular, piensas que eso le puede suceder a cualquier otra persona, menos a ti.
Es normal, estás a la defensiva, porque sanar es sentirte incómodo y salir de tu zona de confort. Asumir que tu hijo es adicto requiere valentía, es reconocer errores, pero estar dispuesto a hacer algo diferente para mejorar. Por supuesto, es posible que entres en un estado de shock, te cierras tanto que llega un punto en el que no sabes qué hacer. Entonces, ¿Qué es lo que beneficiará a tu hijo?
Tu hijo está escondiendo sus miedos e inseguridades de manera compulsiva, lo hace cuando recurre al videojuego, al alcohol, el cigarro, el celular. Quizás la vida le está pesando tanto que sus ilusiones se han roto, pero no lo dice. Su optimismo se perdió.
¿PORQUE CREES QUE TU HIJO ES ADICTO?
Son varias las razones por las que tu hijo puede estar consumiendo alguna sustancia nociva para la salud. Por ejemplo, la necesidad de pertenecer, en especial si se habla de un adolescente, realmente su intención no es ser un adicto, pero quiere ser parte del grupo e incluso que le aplaudan sus logros. Dime, ¿Conoces a sus amigos?, ¿Qué sitios frecuenta? A veces, los hijos sólo quieren socializar, por eso las reuniones y fiestas constantes pueden ser señal de alerta.
Ten en cuenta que tu hijo cambia cada día, no es fácil lidiar con todo el revoloteo de hormonas y las emociones confundidas. ¿Hay algo en particular que lo hace sentirse triste o preocupado? Puede ser la separación de los padres, cambios de escuela o ciudad, algo que le quita el sueño. Quizás su autoestima no está fuerte, se siente ansioso y quiere aliviar el dolor a como dé lugar.
No asumas, habla con tu hijo
Dar por hecho que tu hijo es un adicto, sin siquiera indagar un poco, es sumamente negativo para su salud mental y emocional. Te recomiendo que primero te acerques a él, de una manera sutil, por ejemplo, plantear una situación ajena, pero similar. Tu hijo no quiere escuchar tus sermones, está en una etapa difícil, los regaños sólo activan su ego, detesta que lo trates como si fuera un niño pequeño. Es válido que le dejes claro que no estás de acuerdo con el consumo de sustancias, pero deja que él hable, pregúntale, ¿Alguien le ha ofrecido drogas? No lo interrumpas, necesita confiar.
SEÑALES DE UNA ADICCIÓN
Está claro que determinar si tu hijo es adicto o no, requiere de la ayuda de un profesional. Sin embargo, hay ciertos signos que pueden indicar que está siendo presa de alguna sustancia. Por ejemplo, su manera de hablar ha cambiado, quizás es más lenta, no hay cordura en sus palabras. También puede tener el efecto contrario, es decir, habla muy rápido y eufóricamente, esto puede deberse al consumo de estimulantes. Otra señal física en su aspecto, son los ojos rojos, una tos recurrente e incluso mal aliento o poco usual.
Entre tanto, la apatía también es una señal, así como los problemas alimenticios, prácticamente un cambio repentino en su día a día. Es importante hacer hincapié en que dichas señales son muy generalizadas, es imposible efectuar un diagnóstico sin conocer el historial clínico del paciente, mucho menos si no eres un profesional. De ahí que tu preocupación debe ser puesta en las manos de expertos, sobre todo, si tu intención es no dañar el vínculo que tienes con tu hijo. Sí, es un problema, pero no te hagas ideas sin antes consultar con un especialista.
Hazte estas preguntas sobre tu hijo
Sin duda, tu tarea como padre es reunir todas las señales posibles, pregúntate si tu hijo últimamente tiene un carácter difícil, cambios bruscos en su comportamiento o si la agresividad habla por él. ¿Cómo le va en la escuela? Investiga de manera discreta a sus maestros, compañeros y amigos, si se han percatado de algo extraño. ¿Tiene los mismos amigos de siempre? Es muy común que un hijo adicto cambie de amistades de manera repentina, personas que lo mantienen cerca de su vicio. ¿Trabaja? Un adicto requiere dinero para sostener su vicio, ¿Te ha pedido más de lo que debería?
Otro punto que hay que destacar es la comunicación, ¿Cada cuánto hablan?, ¿Te cuenta lo que le sucede?, ¿Se ha vuelto más distante? Un adicto quiere pasar desapercibido, pero las señales lo gritan. Dime, ¿Duerme bien? Si le cuesta conciliar el sueño o se levanta demasiado tarde, no es normal. Su vicio lo está absorbiendo, ya no hace lo que le gusta, sus pasatiempos quedaron en el olvido y su actitud es cada vez más conflictiva.
Si tu hijo presenta varias señales de las anteriores, no forzosamente significa que sea un adicto, te repito, sólo un profesional de la salud es capaz de determinarlo. Una vez que sea diagnosticado, entonces sí se puede establecer un tratamiento, en el que los padres también se involucren. Un adicto no puede solo.
Qué puedes hacer si tu hijo adicto ya es un adulto
Si lo piensas de una manera superficial, puede que te parezca más fácil manejar a tu hijo adulto que a un adolescente, pero no, es el doble de complicado, en especial cuando se trata de una adicción. La etapa de la adolescencia es una llamarada de emociones, tu hijo está luchando para descubrir su identidad y las drogas se vuelven una tentación muy grande. Sin embargo, estás a tiempo de hacer un cambio, ya que, sigue siendo menor de edad y tú decides si asiste o no al psiquiatra o psicólogo. Lo que se complica con un adulto.
Ante todo sé que esto no será de tu agrado, pero tengo que decirte que tu hijo adulto ya emprendió el vuelo, es él quien tiene que decidir salir del calvario de las adicciones. Es decir, no puede hacerlo, pero quiere y pide ayuda. Debes saber que por más que ames a tu hijo adulto, si él no se deja ayudar, es imposible que tú lo salves, tu determinación no es suficiente, requieres la de él.
La negación
La adicción es una enfermedad y un adulto tiende a negarla, porque nadie quiere sentirse vulnerable. Lo que a ti te toca es ofrecerle tu ayuda, buscar un especialista, motivarlo a recuperar lo que lo llena de vida. Si tu intención es lograr que tu hijo adulto cambie, tratándolo como si todavía fuera pequeño, debo decirte que no vas a conseguir nada, sólo su enojo y frustración.
Tu hijo adulto probablemente esté consciente del mal que se está haciendo, pero no puede actuar diferente, por más que quiera. En nuestro centro te podemos brindar las herramientas que necesitas para acercarte a él. Hacer que un adicto se dé cuenta de que es un adicto, es un proceso extenso y doloroso. Sin embargo, los especialistas estamos a tu disposición. Como padre o madre, te lo digo, no estás solo.
Ir hasta el fondo de la adicción
Bien, si llegaste hasta aquí es porque verdaderamente estás interesado en sacar a tu hijo del mundo de las adicciones y te aplaudo por eso. No cualquier padre tiene las agallas de reconocer sus errores y hacer algo para cambiar. Ahora, lo que toca es ir hasta las raíces familiares, analizar el entorno en el que creció tu hijo e indagar en sus cicatrices.
Lo que te corresponde es mantenerte involucrado, si tú y tu hijo nunca han tenido una relación cercana, es el momento para que le demuestres que te importa y que no está solo. Además, pregúntate, ¿Qué ejemplo le estás dando? No es para culparte, pero ten en cuenta que eres su modelo a seguir, difícilmente te tomará en serio cuando le digas que deje los vicios, si tú también estás lidiando con algo similar.
Finalmente, intenta conocer su círculo, la gente con la que convive, pero sin entrometerte, no puedes ser la niñera de tu hijo adulto. Simplemente, presta atención a las malas influencias y si tu hijo vive contigo, entonces debes dejarle claro que mientras esté en tu casa no vas a contribuir a su adicción. Debe recuperar lo que ama, todas esas actividades que lo mantienen ocupado. A su mente y a su cuerpo les urge una pausa, ayúdalo, pero no intentes solucionarle la vida. Muchas veces lo que necesita es tocar fondo, no hay más.