¡Ya diste el paso más difícil! Lo sé, una adicción a la droga te roba mucho más que el aliento, es un antes y después en tu vida. O bien, puede ser que tú seas la persona que quiere ayudar a quien está perdido en el mundo de las drogas. Ten en cuenta que no sólo se trata de alcohol o sustancias nocivas, hay otras maneras en las que el ser humano se vuelve dependiente. Pero, la buena noticia es que, aunque parezca imposible, existe una esperanza. Si tu pregunta es, ¿Cómo superar una adicción a la droga? Déjame hablarte sobre el método Minnesota. Quizás no todo está perdido.
Definitivamente, son pocos los que se atreven a tomar la decisión de hacer un cambio. Si tú eres la persona que está atrapada en un círculo vicioso, es grandioso que estés buscando opciones. Sin embargo, si tú eres el amigo, hermano, pareja o padre, del adicto, tengo que decirte que si él no está dispuesto a cambiar, será mucho más complicado. Por más que quieras salvar a alguien que amas, no es suficiente con tu voluntad.
LA ABSTINENCIA DE LA DROGA ES DOLOROSA
Primeramente, el adicto debe mirar de frente su realidad, un proceso largo, pero con constancia y disciplina puede alcanzar el éxito. La abstinencia es el mismo infierno en el mundo de las adicciones, es por ello que no es recomendable hacerlo de manera inmediata, hay que ir reduciendo la dosis. Por supuesto, es indispensable hablar con un profesional, tanto médico general como un terapeuta e incluso psiquiatra, depende mucho del historial clínico del paciente. En nuestro centro puedes consultar sin miedo nuestros servicios, te ofrecemos una guía poco invasiva, pero efectiva.
La intervención
Si no fuera profesional, te diría que todo será tranquilo y que el adicto no se va a negar a dar el paso para su sanación, pero no. La mayoría de las veces hay una resistencia que puede decepcionar a los seres queridos. Es decir, el adicto abandona el tratamiento antes de tiempo. Ayudar a un ser querido a superar una adicción requiere mucha paciencia, amor y comprensión. Es un trabajo en equipo, entre el especialista, los familiares y el adicto. No esperes que todo se solucione de manera inmediata y milagrosa. Ni siquiera en los casos en los que se indica medicamento, es suficiente con eso.
Recuerda que el medicamento sólo ataca los síntomas, pero nuestro trabajo es ir hasta el fondo. ¿Qué hay en las raíces emocionales del paciente?, ¿De dónde viene esta actitud en la que se quiere hacer daño de manera continua e inconsciente? Estamos hablando de alguien que ya adquirió un comportamiento compulsivo, que, en muchos casos, lleva años con ese estilo de vida. No hay duda de que desaprender es muy doloroso.
Puedes ayudar, pero no salvar
Hago hincapié en que el adicto necesita poner de su parte, porque esto es un desafío. Por lo regular, la persona se niega a reconocer que su vida ya se le salió de las manos. Sin embargo, una intervención a tiempo puede hacer la diferencia, es la oportunidad que el adicto tiene para poner orden en sus días.
No se recomienda que un ser querido juzgue al adicto, hacer que se sienta herido no va a solucionar nada. Está bien hablar de manera honesta y directa, pero no con la intención de lastimar. Lo ideal sería que se le plantee cómo ha cambiado su vida desde que tiene esos comportamientos destructivos. ¿Sus relaciones ya no son las mismas?, ¿Cómo es la dinámica con sus familiares y amigos? Invitarlo a que ponga los pies sobre la tierra.
El adicto no puede solo, por eso ofrecerle un tratamiento estructurado, en el que va a ir escalando etapas, es lo mejor. Tiene que saber que no estará solo durante el proceso. También sirve que cada integrante le exprese las razones por las que quisieran que accediera al tratamiento.
Las personas importantes en la vida del adicto
Uno de los errores más comunes por parte de los seres queridos, es asumir que el adicto va a cooperar si incluyen en la intervención a alguien autoritario, es decir, alguna persona con la que claramente tiene una relación hostil, como para dominarlo, pero eso resulta contraproducente. En una intervención deben estar personas con las que el adicto tenga afinidad. Es decir, que las ame, las escuche, las respete, sobre todo, que confíe en ellas. Sanar de una adicción requiere mucho amor.
Desde luego, estas personas deben ser determinadas, no hay que incluir a quienes pueden cortar con el proceso, al ver que el adicto la está pasando mal. Ten en cuenta que se trata de un duelo, una intensa depuración. Nadie sale de la oscuridad con una sonrisa de por medio, eso viene después. Por ello, sabotear la intervención victimizando al paciente, es como echar todo el esfuerzo invertido a la basura en un abrir y cerrar de ojos.
Otra técnica válida para hablar con el adicto, es por medio de una carta. A veces, es muy difícil confrontar la situación, no salen las palabras. Sin embargo, tomarte el tiempo para redactar de una manera calmada puede ayudar.
EL MÉTODO MINNESOTA CONTRA LA DROGA
Ahora bien, el mundo contra las drogas o comportamientos compulsivos, es infinito. Existen cientos de métodos para hacerlo, pero particularmente te voy a hablar del Método Minnesota, pues permite identificar de manera clara el problema y poner sobre la mesa soluciones, que al final es lo que cualquiera espera para acabar con una adicción.
Cabe destacar, que es necesario evaluar al paciente, a través de nuestro equipo profesional, el cual cuenta con todas las especializaciones exigidas para indicar los mejores tratamientos. En muchos casos no hay necesidad de que el paciente sea internado en un centro para su rehabilitación, depende de la gravedad de la situación.
Los inicios del modelo Minnesota
En los años 50 la manera en que se trataba a las personas con adicciones, sufrió un cambio drástico. Los expertos llegaron a la conclusión de que se necesitaba un programa multidisciplinario, en el que el adicto no fuera visto de manera discriminatoria, al contrario, se quería reforzar su estado mental, físico y emocional. Para que una vez que estuviera lo suficientemente fuerte pudiera reincorporarse en el ámbito laboral, familiar y social.
De ahí surgieron los doce pasos, un programa que invita al paciente a tomar consciencia sobre el descontrol que está viviendo y el daño que está provocando, no sólo a sí mismo, también al resto. El método Minnesota sorprendió cuando argumentó que tener fe en un poder superior es capaz de ayudar al paciente para que vea todo de una manera más constructiva.
Dicho método permite que el adicto comprenda que está siendo presa de una enfermedad y que culpándose no conseguirá nada. El objetivo es centrarse en el eje principal de todo para poder alcanzar el crecimiento personal. Si el paciente es capaz de aceptar la enfermedad y su gravedad, entonces se puede trabajar en un proceso que lo lleve hacia la abstinencia.
LOS 12 PASOS DEL MÉTODO MINNESOTA CONTRA LAS DROGAS
Sin duda, caminar hacia la sobriedad es sinónimo de poner todo el esfuerzo posible, no se trata de dar lo mejor un día y al otro no. Pero con tu disposición y nuestro apoyo profesional se pueden obtener grandes resultados. El método Minnesota es un recordatorio para el adicto, es decir, la oportunidad de volver a sentir, dejarse llevar y tomar acción de sus errores. Son doce pasos que una vez que se empiezan a seguir, los cambios son notorios.
Se habla del modelo de los doce pasos para hacer hincapié en el tratamiento que Alcohólicos Anónimos ofrece. Sin embargo, no subestimes los efectos del método Minnesota, porque también puede ser beneficioso para otras adicciones. Un modelo que impulsa al paciente a lograr la abstinencia de manera absoluta, trabajando individualmente para reforzar sus valores espirituales.
Desde luego, no se trata de predicar ningún tipo de religión en particular, es meramente respetable la postura de cada paciente. Aquí lo importante es el apoyo que se da, no sólo por parte del profesional sino también de los familiares. Es una comunidad a la que pueden pertenecer tanto hombres como mujeres. El adicto es motivado para que comparta su experiencia y de esta manera se puedan analizar los pros y contras de su situación.
El adicto siente seguridad desde el primer momento, no está solo y la esperanza es lo que nunca debe perder. Si su deseo es dejar la droga, bebida o cualquier otro comportamiento negativo, entonces el método Minnesota puede llevarlo a la sobriedad. Te muestro los doce pasos:
- El paciente es expuesto a su realidad, por lo regular, le cuesta asimilar que vive dependiente de una sustancia o comportamiento. En el primer paso se le muestra cómo ha cambiado su vida, la manera en que ha ido en declive y prácticamente ha perdido el control. No es fácil lidiar con la verdad, así que hay que estar preparados.
- ¿En qué cree el paciente? Esa es la pregunta, un poder superior es capaz de devolverle la esperanza, esas ganas de cambiar su realidad y recuperar el sano juicio. Es momento de ir hasta sus raíces más profundas.
- El adicto pone su lado más sensible en las manos de un poder superior, le pide que lo cuide, lo guíe y que con ayuda de su familia y el tratamiento pueda recuperarse.
- La moralidad pesa, es muy doloroso cuando las personas que te aman te dicen lo mal que has actuado. El adicto debe entender que sus actos han tenido consecuencias, en algunos casos muy graves. Su adicción lo ha llevado a perder personas importantes y lastimarlas, así que lo tiene que enfrentar.
- Uno de los actos más valientes que puede tener un ser humano, incluso estando en sus cinco sentidos, es reconocer que no es perfecto. La vida trata de errar, corregir y seguir adelante. Sin embargo, hay veces que el adicto no se da cuenta, admitirlo es un gran avance, no sólo ante su Dios, también ante otros seres humanos.
- La vulnerabilidad es algo de lo que huyen la mayoría de los adictos, no quieren reconocer que llevan grietas de antaño en la mente y el corazón. Se vale decir que ya no puede y poner todo en las manos de Dios, que le pida, que le ayude a liberarse. Este paso lo acerca al perdón.
- La humildad es un valor muy importante en el método Minnesota, se trabaja duro para que el adicto sea capaz de reconocer que por más que quiera hay cosas que no puede controlar y es válido poner sus defectos en las manos de Dios.
- Los adictos huyen de esta lista. Es mucho más sencillo para un adicto ir cerrando sus puertas, que asumir sus responsabilidades. Es decir, daña a alguien, luego el que sigue y así se va. En este paso se le motiva a crear una lista en la que ponga a las personas que ha afectado con su adicción y el daño que les ha causado.
- ¿Y ahora qué? Una vez que el adicto es capaz de aceptar que su enfermedad está causando estragos permanentes en sus seres queridos, sigue la solución. ¿Qué puede hacer para reparar ese daño?
- Desde luego, el paso anterior no es nada fácil, puede que se convierta en una lista interminable, porque conforme avanza el tratamiento, salen más afectados. Está bien, lo importante es reconocerlo y pedir perdón.
- El objetivo del método Minnesota es hacerle honor a la meditación, que el paciente pueda tomar consciencia de que hay una fuerza superior que se puede convertir en su pilar. Ahí es cuando se le explica que no sólo se trata de decretar, es un acuerdo con Dios, en el que también tiene que poner de su parte.
- Finalmente, el adicto es capaz de vivir lo que se le conoce como un despertar espiritual. Es decir, después de seguir los doce pasos se logra que el paciente pueda asimilar su situación de una manera distinta, tanto a nivel físico, mental y emocional.
QUÉ PASA SI UN ADICTO A LA DROGA NO QUIERES RECIBIR AYUDA
La negativa es una posibilidad, duele, pero en muchos casos el adicto no quiere recibir ayuda y hace todo lo que está en sus manos para poner una traba tras otra. Por su parte, el método Minnesota no es mágico, aclaro, porque las expectativas pueden ser demasiado altas, en especial cuando es alguien que se resiste.
La guía contra las adicciones incluye sesiones de terapia y una red de apoyo. Con eso se puede comenzar a seguir el tratamiento. Si tu intención es hacer lo que puedas para sacarlo de la adicción, entonces puedes consultar nuestros servicios, una visión profesional te permite aterrizar las fortalezas y debilidades de la situación.
No te quedes con las ganas, acude a grupos, pide opiniones de otros que hayan pasado por lo mismo y considera que la salud mental y emocional, también tiene un costo, pero es una inversión que te dará tranquilidad. Jamás confíes en los centros que ofrecen tratamientos inmediatos, porque poner en riesgo al adicto puede ser todavía peor, que dejarlo como ya está.
La drogadicción se puede tratar, pero no es simple
Una enfermedad crónica, eso es lo que hay que pensar cuando se quiere ayudar a un adicto. Está claro que la persona no puede decidir de la noche a la mañana dejar de consumir sustancias o despedirse de sus comportamientos poco saludables. El viaje apenas comienza, se requiere un compromiso a largo plazo.
Debes saber que no todas las intervenciones tienen resultados favorables. En algunas ocasiones, el adicto se resiste a tal grado que es imposible ayudarlo. Es muy normal que no sepa controlar sus emociones y se desborde a través de la ira y el resentimiento. En su mente, se siente traicionado, porque ingenuamente cree que él puede salir de ahí cuando lo decida, pero lamentablemente no es así.
Esa es la razón por la que la persona que pretende ayudar también requiere ayuda, pues sus emociones deben estar en equilibrio para ver que el adicto intentará manipular por todos los medios posibles. Se negará a salir de su zona de confort, por las buenas, pero también puede hacerlo por las malas, usando la agresividad a su favor. En ese caso no queda más que soltar, pusiste todo de tu parte y es el adicto quien tiene que tocar fondo para entender que tiene que salir de ahí.
Consejos para apoyar al adicto
Debido a que darle vuelta a la página y dejar de consumir una sustancia, ya sea alcohol, drogas o el comportamiento, es caótico. Lo mejor es adoptar ciertos hábitos para motivar al paciente. Te explico:
Primeramente, hay que establecer reglas, el paciente necesita una rutina: horarios para dormir, comer, leer o realizar cualquier otra actividad recreativa. Un día más estructurado y ocupado, impide que piense mucho menos en su vicio, incluso si el cuerpo se lo pide a gritos.
Después, hay que indagar en su círculo, ya lo dicen por ahí, nadie puede sanar en el mismo sitio en el que se dañó. Por supuesto, que el entorno influye demasiado en el avance o el retroceso del paciente. Es importante que esté en un ambiente sano, lejos de la tentación. Lo mejor es que se centre en cosas que le gusten, hay que motivarlo a que recupere pasatiempos que dejó en el olvido.
Motivar su mente y su corazón
La distracción en estos casos es pieza clave para dejar de consumir, si hay otras alternativas en las que su mente y su corazón puedan trabajar, hay que ponerlas a su alcance. El adicto necesita llenar sus vacíos y la terapia le ayudará a que esa desesperación disminuya conforme avanza el tiempo, pero mientras necesita estar ocupado.
Por otro lado, esto se trata de prueba y error, claro, bajo la supervisión de un especialista. Pero el proceso de sanación en ningún tipo de situación es lineal, las altas y las decaídas son una realidad. Así que conviene estar poniendo las cosas en una balanza, lo que funciona y lo que no.
Finalmente, la red de apoyo de un adicto es pieza fundamental para que cualquier tratamiento sea exitoso. El método Minnesota invita a que los familiares y amigos, se involucren de manera voluntaria. Esto significa que el adicto no tiene que sentir que lo están haciendo por obligación, porque su objetivo no es convertirse en una carga. Las personas cercanas al paciente son indispensables para ver si están funcionando las técnicas. Sin duda, la comunicación es obligatoria.
Si te apetece saber más sobre el tema, no dudes en navegar en nuestro sitio o comunicarte para aclarar tus dudas de manera más detallada. Recuerda que si tú tienes el problema de adicción no estás solo. Pero, si quieres a ayudar a alguien que está atrapado en las drogas, tampoco estás solo. Tengo la capacidad para apoyarte, sin importar el lado de la moneda en el que te encuentres. No lo dudes, no es casualidad que estés leyendo este par de líneas, confía, llegaste al sitio indicado.