La adicción no está relacionada sólo con las drogas más conocidas, hay un mundo del que nadie habla, que va más allá del alcohol, la marihuana o la cocaína. El peligro puede estar en casa, incluso en una receta médica. Los sedantes se han vuelto una moda que daña a millones, bajo el argumento de que un profesional los indica. Sin embargo, abusar de estos medicamentos es tan grave como ser adicto a cualquier otra sustancia.
Lo que comienza como el alivio para calmar el dolor, se puede convertir en algo crónico y trae consecuencias muy negativas para la salud. Las cifras no mienten, son cada vez más las personas que se vuelven dependientes de un sedante, incluidos los adolescentes. La buena noticia es que es posible dejarlos, pero requiere determinación por parte del adicto. La pregunta es, ¿Qué está evadiendo el paciente? El sedante es capaz de dormirte, te tranquiliza, una manera aparentemente segura de desconectarte de la realidad.
¿Qué son los sedantes?
Los sedantes se definen como un fármaco que tiene como objetivo deprimir el sistema nervioso central, esto quiere decir que al consumirse hacen que el cerebro y el cuerpo funcionen de una manera muchísimo más lenta. Por ende, es imposible que se lleven a cabo las actividades cotidianas. El paciente se siente sumamente fatigado.
Pese a que un sedante parece inofensivo, las personas que caen en sus redes pueden volverse adictas en períodos de tiempo muy cortos. Esto porque el cerebro se acostumbra de inmediato y crea una dependencia. Algunos de los sedantes más comunes son: Benzodiazepinas, barbitúricos, hipnóticos y somníferos.
Una crisis sanitaria de la que nadie habla
En definitiva, quisiera decir que se trata de una exageración, pero no. El abuso de drogas es un hecho y tiene efectos a nivel mental, emocional y físico. ¿De dónde viene esta fatiga? Los cambios repentinos están llevando a las personas a vivir momentos de estrés en los que no encuentran salida, lo único que quieren es pausar tanta presión. Lo más preocupante es que lo hacen sin una supervisión médica, les basta con buscar en Internet los efectos de los sedantes para conseguirlos en farmacias poco éticas y poner en riesgo su bienestar.
Es increíble que a estas alturas todavía haya personas que crean que mientras un medicamento esté indicado por un médico, no implica ningún daño físico o emocional. Por el contrario, sucede lo mismo que con cualquier otra droga, es decir, el sistema nervioso se acostumbra a recibir los efectos del sedante y, por ello, se vuelve exigente, tolerante, requiere cantidades más grandes para sentirse bien. Así que en el momento en el que el cerebro no detecta el sedante, los síntomas de abstinencia aparecen y ahí es cuando la adicción es un hecho.
Los trastornos mentales y los sedantes
Por un momento, hay que analizar el entorno en el que el ser humano está sumergido, la vida es demasiado acelerada y si a eso le añadimos que somos adultos con heridas no sanadas, la situación se pone peor. ¿Qué hay detrás de los trastornos mentales? No es casualidad que alguien experimente síntomas de insomnio, ansiedad o depresión, es un aviso del cuerpo. Sin embargo, el error que se comete es querer dormir los síntomas con un sedante.
Es cierto, es posible que el estado de ánimo mejore, porque la persona se siente menos angustiada, pero eso no significa que el problema desaparezca. Lo que se requiere es la implementación de un programa en el que por medio de la psicoterapia se pueda sanar toda la carga emocional que le quita la tranquilidad.
Los depresores del sistema nervioso
Aunque los sedantes bajo control tienen beneficios para combatir los trastornos mentales, son muy adictivos. De hecho, las cifras por sobredosis no han disminuido. La mayoría de las personas habla de sus grandes efectos, pero no de las consecuencias a largo plazo.
Cómo saber si alguien es adicto a los sedantes
Lo primero que hay que aclarar es que la adicción a los sedantes se puede detectar a través de síntomas físicos y psicológicos. Sin embargo, es necesario que un especialista en adicciones determine su nivel de adicción, aunque hay algunos síntomas que no hay que dejar pasar. Si tú o tu ser querido siente esto, hay que pedir ayuda:
- Si la persona deja de consumir el sedante se siente muy desesperado.
- Por lo regular, sus dosis han ido en aumento, porque está dejando de hacerle efecto.
- Ha normalizado consumir sedantes a cualquier hora del día y por períodos de tiempo muy largos.
- Cuando no consume el sedante se siente irritable, agresivo y no le gusta convivir.
De igual manera, los síntomas físicos son reales, el adicto habla mucho más lento, no coordina bien sus movimientos, tiene impulsos inexplicables, se siente mareado, suda mucho e incluso es posible que tenga delirios o alucinaciones.
Cómo evitar la adicción a los sedantes
Un incremento desmesurado de personas adictas a los sedantes, preocupa, sobre todo, a los padres de familia, pues no quieren que su hijo sea una víctima más de esta situación. Es tanta la facilidad con la que se consiguen tranquilizantes, somníferos y sedantes, que la automedicación se vuelve el peor enemigo. A continuación, te comparto algunos consejos para prevenir la adicción a los sedantes:
Presta atención a las instrucciones, no minimices consumir más cantidades sin consultarlo con tu médico. Es importante que este supervise las cantidades para hacer algunos cambios si es necesario. Ahora bien, hay que conocer a detalle los efectos del fármaco, hay que recordar que cada organismo es diferente y con los sedantes no se generaliza.
En todo caso, es indispensable consultar con un experto, he visto muchísimos casos en los que las personas normalizan el uso de sedantes y no tienen idea del grave daño que están haciendo a su mente y cuerpo. Hoy te lo digo, es posible vivir diferente, sin depender de un sedante y con la terapia guiada puedes sanar todo eso de lo que estás huyendo.
Deja de esconderte detrás de los efectos de un sedante y hazte responsable de lo que te duele, no vas a estar bien de la noche a la mañana, pero podrás recuperar las riendas de tu vida.