Diferenciar entre adicción a sustancias o sin sustancias es importante. ¿Qué es lo primero que piensas cuando te hablan de adicciones? La mayoría de las personas nos quedamos con la idea de las drogas y el alcohol, pero eso no lo es todo. Existe algo que se conoce como adicción complementaria, es decir, la ausencia de una sustancia, pero no de un comportamiento perjudicial para la salud. La dependencia es muy dolorosa, es sinónimo de dejar de lado tus actividades cotidianas para enfocarte en el vicio. Pero, ¿Cuál es la diferencia entre adicción a sustancias o sin sustancias?
Desde el momento en el que una persona no puede llevar su vida diaria de una manera satisfactoria, es una señal de alerta. No sólo las drogas te quitan tus sueños y metas, hay muchos otros trastornos de conducta que te agobian de una manera terrible. Por mencionar algunas, está el abuso de redes sociales, el uso del móvil, los videojuegos, adicción a las compras e incluso a las relaciones. La lista es muy larga.
QUÉ ES UNA ADICCIÓN A SUSTANCIAS
Se le llama adicción a sustancias, cuando la persona consume drogas que claramente modifican el funcionamiento del cerebro. Por ende, el adicto se comporta de una manera impredecible y muchas veces peligrosa. Por lo regular se trata de la ingesta de estupefacientes y se vuelve una adicción porque el organismo las exige a tal grado que cuando no las obtiene, provoca síntomas secundarios como desánimo, fatiga, aumento de apetito, problemas para dormir e incluso taquicardias. Esa es la razón por la que se necesita una guía profesional, con personal capacitado para poder salir de ese caos.
No es tan simple como decidir dejar una droga de la noche a la mañana, se requiere mucho más que determinación. Esto porque provoca alteraciones en el cerebro. Las sustancias pueden provocar una adicción física, pero también psicológica. En el caso de la física, las neuronas muestran una necesidad compulsiva. Mientras que la adicción psicológica hace una conexión con los sentimientos y los pensamientos. Esto significa que cuando el adicto tiene que lidiar con una emoción fuerte, recurre a la droga. Es una necesidad física y psicológica, lo que lo vuelve el doble de peligroso.
Según la clasificación de drogas a nivel farmacológico, se dividen en: eufóricas como la cocaína, fantásticas como la marihuana y la mezcalina, embriagantes como el alcohol y bencina. También están las excitantes, es decir, el café y el tabaco. Sólo por mencionar algunas.
SEÑALES DE QUE ALGUIEN ES ADICTO A UNA SUSTANCIA
En el caso de las sustancias químicas, depende mucho de qué tipo de droga sea la que se consume para determinar los síntomas. Sin embargo, hay ciertas señales en general que pueden indicar que la persona ha caído en la red de las drogas. Por ejemplo, si tiene problemas en el trabajo o la escuela, falta mucho y su desempeño deja mucho que desear.
Se siente desmotivado, no tiene energía para nada y es posible que presente cambios drásticos en su peso, ya sea un aumento o adelgazamiento. De igual manera, hay que prestar atención en su mirada, los ojos rojos son un signo de que algo no anda bien.
Además, el adicto suele descuidar su aseo personal, poco a poco va perdiendo sus hábitos de limpieza y se le ve desaliñado. Desde luego, las drogas químicas también influyen negativamente en su comportamiento, es posible que se haya vuelto más retraído, no quiera convivir con nadie o lo contrario, que muestre actitudes eufóricas e imprevistas.
A continuación te presento algunos síntomas físicos muy evidentes:
La persona presenta cuadros de euforia repentinos, es la sensación que provoca la droga y por lo mismo los sentidos se vuelven más sensibles. La vista, el oído y el gusto hace que tenga actitudes como si estuviera aturdido todo el tiempo.
De igual manera, es posible que experimente alteraciones cardíacas, la presión arterial aumenta y por ende siente que el pecho se le va a salir. Como mencioné anteriormente, los ojos rojos son una señal clara de que algo no anda bien en el organismo. También puedes prestar atención en su boca, la sequedad es otro signo.
Por lo general, una persona drogada tiene dificultad para coordinar sus movimientos. De hecho, le cuesta el doble mantenerse concentrado, se le olvidan las cosas y suele estar muy disperso. El tiempo en el que responde ante alguna acción es mucho más lento. Eso sin contar que la ansiedad le llena la mente de mentiras, pensamientos que lo único que hacen es alterar su paranoia.
En algunos casos, las drogas pueden hacer que el adicto tenga un descontrol en la alimentación. Están los dos contrastes: le da muchísima hambre o de plano no quiere probar un sólo bocado.
QUÉ ES UNA ADICCIÓN A SUSTANCIAS
La preocupación es real, la estadística sube todos los días, tanto adolescentes como adultos están siendo presas de lo que se conoce como adicción sin sustancias. Es decir, aquellas conductas que se repiten apremiantemente para obtener una satisfacción. Desde luego, eso interfiere en sus hábitos, pues dejan de hacer lo esencial con tal de darle prioridad a su adicción.
Pese a que no se requiere de una sustancia química, el adicto tiene actitudes de dependencia muy fuertes. Por ejemplo, aquellos que necesitan usar los videojuegos, pasan horas y horas frente a la pantalla, que se olvidan de todo. El tiempo no existe, la alimentación pasa a segundo término, descuidan a sus amigos, familiares, pareja. La adicción al videojuego te aleja de tu trabajo o la escuela.
Sin embargo, están los adictos al trabajo. Llega un punto en que la persona se casa con la idea de que necesita producir y producir, no hay más. De alguna manera, relaciona el trabajo con la felicidad y entre más largas las jornadas, es mejor. De hecho, no hay un horario establecido, la persona adicta se autoexige a un nivel que agota su salud física, mental y emocional.
Adicciones de las que no se habla mucho
Sin duda, la adicción a las relaciones es un tema que la mayoría evade, porque no ves algo malo en que alguien tenga pareja. Sin embargo, hay quienes no se pueden valer por sí mismos, requieren poner sus responsabilidades sobre alguien más. De pronto, todo gira alrededor de su pareja y si por alguna razón termina la relación, busca rápidamente un reemplazo. Dejan de hacer todo con tal de estar a su lado.
Hay muchas otras adicciones que ponen en riesgo la salud mental, como la adicción a los juegos de azar, comprar cosas que no necesitan o una desesperación por comer sin parar. Por lo regular, en este tipo de adicciones, una vez que se tienen, viene la culpa después.
CÓMO CONFIRMAR SI ALGUIEN TIENE UNA ADICCIÓN
Aunque, cada persona es diferente y se requiere hacer un análisis profundo para determinar si tiene una adicción, hay ciertos patrones que pueden delatar que la adicción está presente. Sin embargo, te recomiendo que no saques tus propias conclusiones sin antes consultar a un experto. Aquí te puedo orientar paso a paso, analizar la situación que estás viviendo e implementar técnicas terapéuticas para iniciar el proceso de rehabilitación.
Como experto en adicciones, te digo, preocúpate si:
Esa conducta dejó de ser un pasatiempo, porque ahora invierte toda su energía y las horas del día en estar en una relación, jugar, trabajar o comprar. Ya no le interesa ningún otro tipo de actividad y en los pocos momentos en los que habla su tema de conversación gira en torno a su adicción.
Un adicto crea su propia realidad, es por eso que sólo se aleja de sus familiares y amigos, se hunde en la conducta compulsiva y no le importa nada más. Lo que comienza con un par de cancelaciones de planes, termina en algo aparentemente normal. Es decir, cuando dicen que esa persona así es, que no le gusta convivir, que prefiere quedarse en casa. Pero, ¿Qué hace cuando está ahí?
Si últimamente tiene un descontrol total en sus horas de sueño, es una señal de que se queda hasta la madrugada en su adicción. En caso de que la persona se trate de un menor edad, no dudes en implementar reglas. Por ejemplo, retirarle el acceso a los videojuegos, Internet o tarjetas con las que pueda seguir manteniendo su enfermedad. En este punto hago hincapié porque el adicto está enfermo, llegó a un punto en el que no puede controlar sus impulsos.
Si una persona es alejada por alguna razón de su comportamiento compulsivo y tiene signos de agresividad, ansiedad o demasiada preocupación, es un foco rojo de que las cosas no están nada bien. Sin duda, el avance de la tecnología ha puesto de cabeza la manera en que el ser humano se desenvuelve, pero eso no es justificación para que se vuelvan ausentes y se nieguen a integrarse a la sociedad. Es indispensable poner límites, que el adicto entienda que nadie está de acuerdo en la manera en la que se está haciendo daño. De ahí que la red de apoyo es pieza clave, la pareja, amigos y familiares necesitan llegar a un acuerdo, para no caer en malos entendidos.
QUÉ HAY DETRÁS DE UNA ADICCIÓN SIN SUSTANCIAS
La adicción es una señal de alerta emocional, un conflicto no resuelto que hace que el enfermo se refugie en algo más porque ya no puede con tanto estrés o dolor. Sin embargo, ser adicto agrava su situación, pues llega un punto en el que ya no puede diferenciar entre la realidad y la fantasía.
¿En dónde está su insatisfacción? El enfermo no encuentra alivio en nada, cada vez quiere más y más, porque requiere experimentar esa sensación instantánea. Un estímulo que lo calma por un momento y lo ayuda a continuar aparentemente en sus actividades cotidianas. De lo que no se da cuenta es que hace tiempo dejó de ser el mismo de antes. Cree que tiene el control, que no pasa nada y que puede realizar o dejar la actividad compulsiva cuando se lo proponga, pero no es real.
El enfermo repite y repite la acción, porque busca recrear la comodidad, es más fácil caer en esa dependencia que reconocer que hay fantasmas del pasado o del presente que no le permiten seguir avanzando de manera habitual. Es ahí cuando necesita el acompañamiento, a veces, puedes confundirte e irte al extremo, decirle al adicto que ese es su problema y que lo tiene que resolver, de una manera prepotente y hasta agresiva, no le ayuda en nada.
Acompañamiento desde el amor
Por supuesto, que necesita límites, pero desde el amor, se acompaña diciéndole que estás ahí para ayudarlo en las buenas y en las malas, qué juntos pueden buscar ayuda. Se le deja claro que sólo él puede decidir salir de ese infierno, pero que no está solo. Por ningún motivo, intentes rescatar a alguien que no quiere.
Si ya pusiste todo de tu parte, te puedo apoyar a que des el último empujón, pero tiene que quedarte claro que es tu ser querido el que debe tocar fondo. No quieras vivir sus batallas, eso sólo le dará el mensaje equivocado y no quieres que crea que te agrada verlo en las condiciones en las que ahora vive. La adicción sin sustancias puede llegar a ser el doble de dolorosa, porque parece inofensiva, pero poco a poco acaba con la esencia de la persona.
UNA ESPIRAL DE DEPENDENCIA
¿Qué es lo que un adicto sin sustancias experimenta? Es el vínculo entre la emoción y la sensación. Es decir, la persona tiene un conflicto interno que no ha resuelto, pero que no sabe cómo poner sobre la mesa y las razones pueden ser muchas. Quizás se quiere hacer el fuerte, no quiere preocupar a nadie o simplemente ya se metió la idea de que así es como debe vivir y que hay personas que viven cosas peores. Esta manera de exigirse tan cruelmente y de minimizar lo que le duele, lo convierte en una presa fácil para las adicciones.
El adicto necesita llevar un vacío, por eso quiere emociones que le eleven la adrenalina al instante, algo fuerte que rompa con su monotonía y que al mismo tiempo haga que sienta que todo está bien. Entonces, ¿Qué puede estar pasando en su mente y en su corazón? Puede ser un conflicto de soledad, inmadurez, miedos, inseguridades, falta de motivación. Esto se puede determinar a través de una serie de terapias y una vez que se tenga la raíz de todo se implementa el tratamiento más óptimo.
La búsqueda de la satisfacción
Es normal, el ser humano goza de los momentos en los que se siente contento, esa sensación satisfactoria mitiga lo que esconde su alma. Por supuesto, no se trata de victimizar al adicto. Es muy probable que su adicción ya lo haya llevado a cometer actos crueles en contra de sus seres queridos, porque su vicio se vuelve su prioridad, incluso por encima de su bienestar y el de los suyos.
Sin embargo, es importante que se le vea como un enfermo, está fuera de su alcance el control, se ha convertido en una versión completamente opuesta a la que un día fue. Su estado físico, mental y emocional, cae cada vez más. Definitivamente, sólo él sabe por lo que está atravesando y aunque existen razones comunes por las que alguien cae en una adicción sin sustancias, lo mejor es que no supongas.
Si ya sospechas que tu familiar es presa de una adicción, te recomiendo que solicites ayuda profesional. Como experto en adicciones te puedo guiar desde principio a fin. Te advierto, no será un camino fácil, pero es posible encontrar la sanación. La clave está en la manera en la que el adicto sea apoyado. No sirve de mucho que decidas invertir tu dinero en un centro costoso y lo dejes a su suerte. Un enfermo necesita atención, saber que no estará solo durante sus terapias y el período de abstinencia.
Te lo digo con todas sus letras, nadie deja de ser adicto de la noche a la mañana. Es posible que lleve repitiendo patrones desde la infancia, toda una vida. Es muy complicado desaprender, entre la costumbre y el miedo a salir de una zona confortable, todo se vuelve más caótico.
Síntomas de una adicción conductual
No es para preocuparse ni mucho menos, es para hablar de la situación de una manera objetiva. El hecho de que una persona presente una adicción conductual no es sinónimo de que sea menos grave que una adicción química. Depende mucho del contexto y el historial clínico del adicto.
Una de las principales señales de que está siendo preso de algún comportamiento compulsivo es la culpa. Es decir, el adicto compra cosas, usa los videojuegos, pasa mucho tiempo en Internet o cualquier otra actividad, pero después de que lo hace se arrepiente. Está desesperado porque ya se dio cuenta de que no tiene el control de las cosas y eso lo hace sentirse débil. Ahí es cuando entra en la lucha de no querer seguir haciéndolo, pero no puede, es algo más fuerte.
El adicto ya empezó a dejar de lado sus responsabilidades, no le interesa nada que le quite tiempo para estar alimentando su vicio. Esa es la razón por la que se ha vuelto experto en justificar su falta de compromiso y las tantas cancelaciones, no sólo a nivel social sino también laboral.
Cada vez que tiene un comportamiento adictivo, la sensación de bienestar es increíble, pero lamentablemente con el paso del tiempo se vuelve más tolerable. Esto quiere decir que necesita más y más para sentirse mejor, una dosis más exagerada que pueda alcanzar su nivel de satisfacción.
Por otro lado, una persona adicta pierde su capacidad de razonamiento. Es decir, no se pone a pensar entre el bien y el mal, simplemente, emplea todos los argumentos posibles para salirse con la suya. Es por ello que las mentiras se vuelven parte de sus hábitos, es más chantajista y manipulador, no le interesan las consecuencias que puedan tener sus actos negativos.
Cómo se puede prevenir una adicción a sus sustancias o sin sustancias
Antes que nada, permíteme reconocer que ya diste el paso más complicado, el que rompe con cualquier tipo de estigma hacia las adicciones. Te importa tu ser querido y por eso estás buscando información, para apoyar. Definitivamente, la prevención es indispensable, tanto adolescentes como adultos se exponen día a día a todo tipo de drogas y comportamientos compulsivos.
Sin embargo, cada vez son más las instituciones que se preocupan por brindar las herramientas adecuadas para salir de ahí y al mismo tiempo promover la empatía. Un adicto es un enfermo, no necesita que lo comprendas desde tus zapatos, quiere que te detengas un poquito e intentes usar los suyos, no ha vivido tu realidad, tiene la propia.
Es muy común que una adicción sin sustancia pase desapercibida porque de alguna manera la sociedad no le encuentra puntos malos. Todos los días cientos de personas salen de compras, asisten a los casinos, usan el móvil o juegan videojuegos. El problema es cuando el consumo se vuelve excesivo.
Lo cierto, es que una conducta compulsiva puede provocar consecuencias graves a nivel personal, la persona se siente más expuesta y, por lo tanto, su conducta es inusual. Su sensibilidad está más expuesta y es posible que cometa actos repentinos, excesivos o que las fobias se hagan presentes en su día a día.
Si sospechas que el adicto está corriendo peligro, lo más probable es que se necesite llevar a cabo una intervención inmediata. Sin embargo, no siempre se requiere que se interne en un centro. Te puedo ofrecer muchísimas opciones que se adapten a lo que estás buscando.
Quiero que sepas que te entiendo, sé que no es fácil afrontar una adicción ni acompañar a un ser querido. Sin embargo, estás en el camino correcto. Contáctame y te guiaré de una manera respetuosa y profesional. Como experto en adicciones, te repito, ya diste el paso más complicado, son pocos los que llegan hasta aquí. Siéntete orgulloso de ello.
¡No estás solo!