Sé que necesitas saber qué es el método Minnesota, pero ante todo quiero felicitarte por haber tomado la decisión de ayudar a un familiar adicto. Tienes que saber que no será un proceso fácil y que existe la posibilidad de que no quiera ser ayudado. Sin embargo, una intervención a tiempo puede cambiar el resto de sus días. Si tu ser querido está abusando del alcohol, las drogas o tiene comportamientos compulsivos, es posible que el método Minnesota sea una buena opción. Pero, ¿Qué es? Se viene un reto muy grande.
La recuperación de una adicción requiere tiempo, paciencia y mucho apoyo mental y emocional. El primer paso es comunicar tu sentir de una manera concisa y desde el fondo de tu corazón. Es posible que el adicto esté pasando por una etapa de confusión, quiere salir del hoyo, pero no sabe cómo, necesita ser dirigido. De ahí que hacer un cambio oportuno, es lo ideal. Ten en cuenta que no sólo son las sustancias nocivas las que pueden hundir a un paciente. También los problemas alimenticios, el mal uso de la tecnología y los juegos compulsivos, son señales de alerta.
EL ADICTO ESTÁ EN LUCHA
No es fácil aceptar que el adicto está haciendo lo mejor que puede, aunque para ti no signifique mucho. Por favor, no cometas el error de no reconocer los pasos que ha avanzado. Recuerda, un día a la vez. Es imposible que consiga cambiar por simple decisión, requiere seguir pasos más estructurados. Es decir, una dinámica en la que puedan involucrarse familiares, amigos y pareja. Definitivamente, la asistencia de un profesional es indispensable.
No te voy a mentir, la confrontación es dolorosa, es sinónimo de tener la valentía de decirle a tu ser querido que la situación ya se le salió de las manos. Prácticamente, hay que hacerle entender que un tratamiento, es lo mejor. Te invito a que veas si el modelo Minnesota encaja con el perfil de la persona que quieres ayudar.
QUE ES EL MÉTODO MINNESOTA
Este modelo surge entre 1948 y 1950, fueron los centros para combatir el alcoholismo quienes lo pusieron en marcha. La experiencia Minnesota, en la que el adicto recibe un trato distinto, pero efectivo. Esto quiere decir que rompe con ideas antiguas, con tal de enfocarse en la rehabilitación del paciente. La meta es que el adicto vuelva a su vida cotidiana, realizando sus actividades y conviviendo de una manera sana. De ahí surgieron los doce pasos.
El método Minnesota, explica que la adicción es una enfermedad que no tiene cura conocida, pero que es posible salir de ahí. Es decir, hace que el paciente entienda que no es su culpa estar ahí, simplemente, está atrapado, cayó en donde no debía, pero existe la posibilidad de regresar. El modelo Minnesota toma en cuenta tanto el ámbito mental, como emocional, físico e incluso espiritual.
En la actualidad, dicho tratamiento es considerado uno de los mejores contra las adicciones. Pese a que se planteó exclusivamente para el alcoholismo, hay quienes lo han implementado en algún otro tipo de adicción, obteniendo grandes resultados. Te explico más a detalle las bases del modelo Minnesota:
Aceptar la adicción
Primeramente, el paciente se niega a aceptar la enfermedad, normaliza sus conductas adictivas y minimiza la manera en la que le han afectado. No se siente preparado para asimilar que ha caído en la autodestrucción. La adicción es una enfermedad crónica, que empeora con el tiempo y si no se detiene las consecuencias pueden ser muy graves.
Por su parte, el modelo Minnesota, le deja claro a la persona que no es culpable de ser adicta y lo único que se pretende es ayudarle. La meta no es que el paciente entre en un período de abstinencia, eso no significa que va a sanar, queda un largo camino por recorrer.
CÓMO FUNCIONA EL MÉTODO MINNESOTA
Cabe destacar, que el método Minnesota, se emplea de manera grupal, es decir, el objetivo es que el adicto pueda encontrar similitudes con alguien que esté viviendo lo mismo. Esto para que comprenda de manera más profunda por lo que está pasando y así pueda ver las consecuencias en el otro, lo que le ayuda a concientizar y analizar en caso de una recaída.
Una vez que el adicto acepta ser parte del grupo, entonces tiene que prepararse para hablar sobre su adicción, por supuesto, respetando sus tiempos, no se trata de presionar a nadie. Al compartir su experiencia con el resto, puede recibir consejos de sus compañeros, guiados por un profesional. Además, se toman en cuenta los doce pasos para resolver los problemas. Estos pasos no siempre se deben implementar de manera ordenada, depende de cada paciente.
Terapia individualizada
Lo anterior comprueba que a pesar de ser un método grupal, cada paciente recibe reglas individualizadas. Es decir, sus problemas emocionales, mentales y físicos, no pueden generalizarse. El método Minnesota busca reforzar la autoestima de cada paciente, construir personas que sean capaces de manejar sus emociones en los peores momentos. De ahí que el historial clínico es pieza clave, para poder mantener su cuerpo y su mente en un estado positivo.
Ahora bien, el adicto necesita salir de su círculo y empezar a contribuir a la sociedad, por ello, si se encuentra bien, es posible que se le sugiera conseguir un empleo de medio tiempo o inscribirse a un programa comunitario. Definitivamente, empezar con tareas simples es el primer paso.
LOS DOCE PASOS DEL MÉTODO MINNESOTA
Una vez que se toma la decisión de emplear los 12 pasos del método Minnesota, entonces hay que comprometerse con el tratamiento psicoterapéutico que lo llevará a lograr la abstinencia absoluta. El adicto será animado para que adopte valores espirituales, como: la honestidad, humildad, perdón, altruismo, entre otros. Esto con el fin de servir a la comunidad de una manera más saludable. A continuación, los doce pasos:
- En el primer paso, se realiza la intervención, el paciente entiende que no puede controlar su adicción, es inferior a la sustancia, algo que se ha vuelto un problema constante en su vida y que lo está alejando de las cosas que ama.
- El segundo paso, es la invitación a la espiritualidad, es decir, los expertos han comprobado que creer en algo superior, sin importar la ideología de cada paciente, es indispensable para encontrar el camino de la sanación. Algo que le devuelva la esperanza.
- El tercer paso, es dejar el ego de lado, muchos adictos creen que tienen la razón en todo, que al consumir la sustancia o tener el comportamiento compulsivo, están dominando, pero no. Entonces, el adicto decide ponerse ante el cuidado de un poder superior, Dios.
- El cuarto paso, consiste en ir hasta las profundidades del paciente, es mucho más que su historial clínico, prácticamente es enfrentarse a todo lo que ha hecho durante su adicción. Esas conductas inapropiadas y poco controladas, que han dañado a sus seres queridos.
- El quinto paso, tiene que ver con la honestidad del paciente. Por supuesto, no es perfecto y está bien, pero tener la valentía de poner las cosas en una balanza y asimilar lo bueno y lo malo que ha hecho en su vida, es un gran avance.
- El sexto paso, es aceptar la vulnerabilidad es pieza clave, el adicto está tocando fondo, no puede más y es completamente aceptable que ponga su bienestar en las manos de un poder superior. Es decir, lo que para él significa Dios.
- El séptimo paso, es el que está vinculado con la humildad, esto quiere decir que el paciente es capaz de reconocer que ha cometido muchos errores, pero está dispuesto a liberarse de los mismos. Pide ayuda desde las debilidades de sus emociones.
- El octavo paso, tiene que ver con la acción. El adicto ya aceptó todas las consecuencias negativas que ha provocado su enfermedad. Entonces, toca disculparse con esas personas a las que lastimó.
- El noveno paso, hace hincapié en que no todo está perdido, por supuesto, que el pasado ya no se puede cambiar, pero es posible reparar algo del daño que cometió. Aquí es donde hay que dejar de quejarse y buscar soluciones.
- El décimo paso, el daño no se acaba, quizás en un principio el adicto sintió que se había disculpado con todos, pero con el paso del tiempo y las terapias, aparecen nuevos rostros. Admitir que se equivocó es uno de los avances más evidentes. Nunca es tarde para pedir perdón.
- El onceavo paso, es el que se enfoca en la meditación, una manera en la que el paciente reconoce que no somos los únicos en este mundo y que hay un poder superior al que le puede implorar, pero no hacerlo responsable de su sanación. Es decir, creo en un Dios que puede ser mi apoyo, pero no mi salvación. La voluntad propia es lo más importante.
- El doceavo paso, es prácticamente el despertar espiritual, el objetivo de todo el método Minnesota, aquí es donde se determina si todos los pasos fueron cumplidos. Como te mencioné en un principio, no siempre van en orden, lo importante es que se lleven a cabo.
Por qué da buenos resultados
La intención de este artículo no es decirte que el método Minnesota es milagroso, pero se ha comprobado su efectividad durante muchos años. Te estoy hablando de estudios en donde la muestra de adictos supera las 200 personas y el resultado ha sido bastante favorable, inclusive comparándolo con otros modelos para combatir las adicciones. 4 de cada 10 pacientes alcanzaron un estado de sobriedad. Una tasa realmente alta.
Es muy recomendable porque se trabaja con objetivos a corto plazo, esto significa que los familiares y amigos, notan que mejora cada día. No sólo se trata de despedirse de la droga o la conducta compulsiva, también se busca calidad de vida, es decir, salud física y emocional. El adicto entra a un sitio seguro, en el que puede indagar en las consecuencias de su adicción.
Una vez que logra identificar su comportamiento, el primer paso es cambiar para que se pueda relacionar de una manera positiva, creando vínculos que le aporten en todos los sentidos y soltando aquellos que lo hunden. El modelo Minnesota exige el acompañamiento, una red de apoyo que logre que el paciente se sienta querido.
Quiénes pueden usar el método Minnesota a su favor
Definitivamente, sería muy irresponsable de mi parte hablar de sólo un tipo de adictos, respecto al método de Minnesota. Es decir, en sus inicios fue establecido para combatir el alcoholismo, sin embargo, con algunas pequeñas modificaciones ha funcionado para distintas adicciones. De ahí que lo más recomendable es que pidas alguna asesoría, en nuestro centro te podemos guiar para que un profesional de la salud determine si el adicto es apto o no, para el método.
No es una decisión que se toma rápidamente, quizás requiera un par de sesiones psicoterapeutas y médicas, antes de aprobarlo. Sólo un experto es capaz de orientarte y darte el mejor tratamiento. En este tipo de evaluaciones tomamos en cuenta los antecedentes del paciente, si ha tenido enfermedades mentales, comportamiento agresivo, ha intentado quitarse la vida o manifiesta que quiere hacerlo. Además, en el caso de las sustancias nocivas, puede tener repercusiones en su estado de ánimo.
Finalmente, te lo digo con la sinceridad por delante, si sospechas que tu ser querido es adicto o tiene actitudes destructivas, lo mejor es consultar a un especialista, jamás asumas que tú solo puedes salvarlo, porque eso puede tener un final lamentable.