La terapia grupal no es muy bien recibida desde el primer instante, hay quienes sienten que es una invasión a su privacidad, pues no se sienten cómodos al compartir sus problemas con otros. Por ello, para comprender el valor que tiene y en especial los resultados que ofrece, necesita conocer a fondo su dinámica. Lo primero que quiero dejar claro es que los seres queridos de la persona que está atravesando por una adicción o cualquier otro trastorno mental, requiere del apoyo de sus seres queridos.
La familia es pieza clave en la terapia grupal, pero no indispensable. Esto lo aclaro porque hay personas que pueden estar atravesando por una situación fuerte y no tienen el apoyo de nadie. Si ese es tu caso, déjame decirte que estás en el sitio adecuado, aquí te puedo orientar para que recibas ayuda cuanto antes. Ten en cuenta que es posible construir una familia simbólica, el objetivo es que el enfermo tenga una red de apoyo.
La psicoterapia y terapia grupal
Se puede definir a la psicoterapia grupal como el tratamiento, en el que se establece un vínculo, entre la persona enferma, el terapeuta, la familia y otras personas que estén pasando por una situación similar. Este tipo de acercamiento permite conocer de manera profunda el estado mental, físico y emocional del paciente. Por medio de sesiones bien estructuradas se puede determinar los patrones de conducta del paciente. Es como poner las ventajas y desventajas de su situación sobre la mesa.
El primer punto que me gustaría aclarar es que las terapias grupales, también incluyen sesiones individuales. Es decir, no se expone al paciente desde un inicio, hay que analizar a fondo su historial clínico para dar el paso deseado. De ninguna manera, se busca que el enfermo se sienta incómodo o presionado. Simplemente, la terapia grupal fortalece sus virtudes y le permite trabajar en sus debilidades.
Una vez que se determina cuál es la línea que el paciente debe seguir, entonces se puede integrar a la terapia grupal. A veces, no se trata de grupos grandes, basta con que sean más de dos personas para que entre en la categoría. Al principio, se requiere de mucha paciencia, sobre todo, para aquellas personas a las que les cuesta relacionarse, pero una vez que se dejan llevar pueden hablar de sus dudas más profundas.
Cómo resolver conflictos
Definitivamente, un enfermo requiere una guía estructurada para salir del sitio en el que se encuentra. De ahí que la terapia grupal ofrece distintas dinámicas que promueven el desarrollo emocional del individuo. Al estar presentes más personas pueden llegar a conclusiones generales, motivarse y también practicar lo que se conoce como la crítica constructiva. Es decir, la terapia en grupo no pretende hacer sentir mal a nadie, todos están luchando contra su propia guerra. Nadie se hará responsable de lo que le corresponde a cada uno, pero al compartir experiencias la empatía fluye y es más fácil cuando alguien que te comprende a ese nivel se vuelve tu acompañante.
Cuál es la dinámica de la terapia grupal
Hay quienes se siente más relajados en la terapia grupal, porque no requiere luchar contra esos silencios incómodos que se presentan en las primeras sesiones de terapia individual. En los grupos siempre hay alguien que se atreve a romper el hielo y eso despierta la confianza en el resto. Cada miembro es libre de plantear lo que le agobia y esperar la respuesta de los participantes. Desde luego, el especialista siempre está monitoreando para que no se salga de control y se pueda conseguir una retroalimentación positiva.
No hay comentarios, pensamientos, memorias o lo que venga a la mente del paciente, buenos ni malos, simplemente, son y por ello se consideran válidos. Un buen psicoterapeuta jamás va a minimizar las emociones de los integrantes. Esto porque cada quien vive sus dolores y alegrías desde sus vivencias.
Además, no se trata de hablar meramente del presente, pueden ir hasta las raíces de su niñez, el objetivo es liberar toda esa carga emocional que claramente no los deja avanzar. De igual manera, hay momentos en los que el tiempo no alcanza y está bien, porque les permite llevarse el tema a casa y pueden trabajar en una solución para la próxima sesión. Definitivamente, la libertad de expresión es un hecho, así que las diferencias e incluso discusiones también se dan.
El terapeuta no está de ningún lado de la balanza
Cabe destacar, que el psicoterapeuta adopta una posición imparcial, no hay ningún trato preferencial por ninguno de los integrantes del grupo. Es decir, la meta es ir encontrando las soluciones de una manera objetiva, las ideologías son respetadas, pero no influyen a la hora de tomar decisiones. Desde luego, si alguien tiene un comportamiento fuera de la norma e incluso agresivo, se realiza una intervención en el momento, porque no se trata de exponer a nadie.
Entonces, ¿Cómo se ve una sesión grupal? Si tienes la imagen de varias sillas formando un círculo, no estás equivocado. Hay cierta separación entre cada integrante para que se sientan más relajados. En cuanto al terapeuta, se sugiere que se ponga también alrededor y no en el centro, para que no lo perciban como una imposición.
Lo que se espera de la psicoterapia grupal es formar una historia general compartida, en la que cada integrante añada sus miedos e inseguridades. Esto permite identificar cuadros de depresión, estrés o ansiedad. A veces, los pacientes necesitan un espejo, porque vienen de realidades en las que siempre fueron señalados, no encajaban, se sentían poca cosa y en el grupo descubren que hay muchas más personas pasando por lo mismo. Lo mejor es que conforme van avanzando pueden ver en los otros grandes cualidades, sin darse cuenta de que ellos también las tienen y ese es el primer gran paso del amor propio.
Un reflejo de lo que hay en tu mente
La terapia grupal es sinónimo de abrir muchas heridas, mismas que el paciente ha ido acumulando a lo largo de su vida, hace como que no las tiene, pero queda evidenciado en sus actitudes que no ha sanado. Definitivamente, tener la oportunidad de verte en el otro, es único. Un espejo que no sólo te muestra tu lado oscuro sino también el luminoso. Y es que cuando estás pasando por un problema emocional, sueles ser muy duro contigo mismo, es la culpa la que no te permite reconocer que a pesar de todo lo estás haciendo bien.
Eres tú en el otro, por eso sientes profundamente sus lágrimas, sus miedos, sus inseguridades, sus ganas de pausar el tratamiento y al otro día querer continuar. Es un cúmulo de energía y sentimientos que se vuelve menos pesado cuando alguien que está viviendo lo mismo te demuestra que no estás solo.
Además, la terapia en grupo te abre el panorama, hace que pongas los pies sobre la tierra, porque te das cuenta de que no siempre tienes la razón y está bien. El hecho de bajar la guardia no te hace débil, simplemente, eres capaz de reconocer que la experiencia de otros puede esconder los mejores consejos. Cuando aprendes a escuchar tantos puntos de vista te vuelves más tolerante, pero irónicamente también aprendes que es imposible darle gusto a todo el mundo y las opiniones encontradas son pieza clave.
Las distintas problemáticas enriquecen
Es posible que el enfermo acuda a la terapia grupal por alguna adicción a sustancias o comportamental, pero conforme avanzan las sesiones descubre que son más los demonios con los que está luchando. Esto quiere decir que puede sentirse identificado con algún otro trastorno que pongan sobre la mesa. Que puede ir desde una fobia hasta algo grave. Esto es para que por ningún motivo el paciente se encasille, al contrario, que se prepare para lidiar con todo lo que queda expuesto.
En definitiva, hay traumas que se disfrazan muy bien, pueden venir desde la infancia y apenas salir a la luz en la terapia grupal. Por ello, a los pacientes siempre les digo que sean pacientes consigo mismos, es cuando más se van a necesitar.
La terapia grupal es una manera muy efectiva en la que el paciente se puede reintegrar a la sociedad, a fin de cuentas de esto se trata la vida, de convivir con gente que te agrada y una que no tanto. Sin embargo, trabajar, tener hogar, una familia, estudiar, todo requiere de socializar y poder compartir lo que eres sin miedo a las reacciones es maravilloso. Lo que parece una simple conversación entre varias personas, en realidad es la manera más profunda en la que puedes reconocerte.
La terapia grupal contra las adicciones
La psicoterapia en grupo permite establecer técnicas multidisciplinarias, mismas que se ponen a prueba para ir analizando la reacción del grupo. Por lo regular, es sólo una herramienta del tratamiento, pues también se imparte la terapia individual y se medica en caso de que sea requerido. Hasta el momento la terapia grupal ha dado grandes resultados.
De hecho, respecto a adicciones, este tipo de terapia es el más empleado. No sólo tiene avances a nivel clínico, también conductual. Esto porque cuando el paciente enfermo está lidiando contra una adicción, suele encontrar refugio con los integrantes de las sesiones. El hecho de que se empiecen a formar lazos es muy positivo, porque al final todos tienen el mismo objetivo colectivo, vencer su adicción y esto permite observar el avance en el otro.
Es muy posible que mediante la convivencia se establezca una competencia, pero no con el otro, es con cada uno. El paciente se da cuenta de que el autocuidado es una de sus mejores fortalezas, elegir ponerse como prioridad, mejorar su autoestima y, por ende, está más preparado para lidiar con las batallas que va enfrentando.
Otro punto a favor de la terapia grupal contra las adicciones, es que permite que el paciente observe profundamente su parte negativa. Esto significa que tiene la oportunidad de proyectarse y ver su caso desde otra perspectiva, lo que mejora sus decisiones y también su estabilidad mental y emocional.
Sin duda, cada vez que los integrantes exponen sus historias en el grupo, los beneficios son muchos. El primero es la liberación, la carga se vuelve más ligera y en lugar de enfocar la atención en la queja, se buscan soluciones concretas y a corto plazo, que es lo más importante. Desde luego, guiadas por el especialista, mientras la confianza y el respeto fluyan, no hay mucho de qué preocuparse. Pues, hay mucho material para abordar.
Cuánto tiempo hay que asistir a la terapia grupal
Si tuviera que poner sobre la mesa una de las preguntas más frecuentes respecto al tratamiento de adicciones a sustancias o comportamientos compulsivos, sin duda, sería esta, ¿Cuánto tiempo hay que asistir a la terapia grupal para obtener resultados favorables? Lamento decirte que no hay una respuesta exacta, la psicoterapia es muy noble, depende mucho del momento que esté viviendo la persona, así como sus antecedentes, red de apoyo y demás. Es posible que haya personas que requieran un proceso más meticuloso y a largo plazo, pero otras no. De ahí que hay quienes ni siquiera necesitan que los internen en un centro, basta con que se implementen terapias ambulatorias.
Un punto importante que me gustaría explicar, es que el hecho de que alguien tome terapia grupal, no significa que todos estén en el mismo nivel. Pueden estar tomando las mismas técnicas, pero estar en fases completamente distintas del tratamiento, por ello, es indispensable que el especialista lleve los casos de manera individual y los analice a detalle.
De igual manera, se recomienda que aunado al tratamiento, el paciente asista a otros grupos de apoyo, siempre y cuando, sea para expresar sus emociones y no caer en las charlatanerías que ofrecen algunos diciendo que de manera milagrosa la persona estará bien.
Hay que tener mucho cuidado en no caer en este tipo de enredos, porque puede ser sumamente contraproducente para el enfermo. La terapia grupal puede tener distintos objetivos. Por ejemplo, prevenir adicciones, tratarlas o mejorar la salud mental y emocional, en general. Precisamente, por eso es imposible determinar un tiempo estimado, lo delimita cada caso.
Ventajas de la terapia grupal
El primer punto a favor es la parte económica, definitivamente, trabajar en tu salud mental y emocional, requiere una inversión considerable, en especial si se trata de terapia individual. Sin embargo, la terapia grupal reduce ese gasto y muchas veces ofrece mejores beneficios. El tratamiento busca que el paciente pueda conectar de manera natural y desde la realidad. Es decir, no sirve de nada el juego de las apariencias, al contrario, entre más honesto sea cada integrante, mejores serán los resultados.
Cómo se lleva a cabo una terapia de grupo
Antes que nada me gustaría hacer hincapié en que la terapia grupal no es mágica, como en cualquier otro tratamiento habrá quienes salgan victoriosos y otros que no tengan buenos resultados. La salud mental, a veces, se trata de prueba y error, hasta encontrar lo más adecuado para cada paciente. Sin embargo, la experiencia de ver a otros en su misma situación superarse, se vuelve esperanzador. Si los demás pueden, ¿por qué él no?
Se considera un tratamiento ilimitado, es decir, la experiencia la puede vivir cualquier tipo de persona. Simplemente, se forman los grupos de tal manera que puedan encontrar similitudes en su historia. Desde luego, lo primero es que hay que dejarle claro a cada integrante, que están luchando contra una enfermedad. Estamos hablando de personas que han sido juzgadas durante mucho tiempo, no creen en sí mismas y les cuesta muchísimo mostrar su lado vulnerable. Al adicto lo discriminan y al que tiene problemas mentales lo rechazan.
De ahí que la terapia grupal les muestra que es posible estar con más seres humanos sin sentirse inseguro y mucho menos humillado. No son los únicos a los que han hecho llorar, enojar o gritar, por tener que tolerar insultos innecesarios. Eso se vuelve un alivio y además, les brindan la oportunidad de ver una vida distinta. Sin duda, la motivación para dar un paso hacia adelante, saber que del otro lado está la posibilidad de vivir los días con los que siempre ha soñado.
Consejos para afrontar los problemas cotidianos
Llegar al punto de la abstinencia es un duelo, el enfermo tiene que desaprender y empezar adoptar otro tipo de hábitos. Esto significa que será un proceso con altas y bajas, muy bruscas, momentos en los que todo marche perfecto y al siguiente día se tenga que volver al inicio, es completamente normal, eso no quiere decir que el tratamiento ya es un fracaso, hay que ser pacientes para empezar a ver los resultados.
Sin embargo, como especialista en adicciones te puedo decir que mantengas la calma, las intervenciones didácticas son un hecho durante los bajones emocionales. Se les brindan herramientas para combatir el estrés, la ansiedad e incluso depresión. Es muy posible que en estas recaídas el resto de los integrantes también apoye y aconseje desde su experiencia.
No hay duda de que en la terapia grupal se obtiene apoyo, que en la terapia individual no se puede. La parte humanitaria es muy importante, de hecho, se hace demasiado énfasis, porque se busca que el integrante del grupo pueda ser más empático y logre ayudar de manera desinteresada a quien lo necesite. Esto tiene dos ventajas: el enfermo se abre más a nivel emocional, pero también se siente útil, es capaz de hacer algo por otros y ver que su esfuerzo vale la pena.
La parte social es indispensable
Por supuesto, no se puede minimizar la parte social en ningún tratamiento, es indiscutible preparar al enfermo para que vuelva al ruedo. Hay personas a las que no les gusta su manera de ser y otras a las que sí, tiene que estar listo para lidiar con ambos. Sobre todo, el fracaso, la vida no es perfecta, pero tiene sus momentos buenos y hay que aprender a soltar los malos.
Es sumamente terapéutico exponer los sentimientos hasta que el llanto, el enojo o la rabia se hagan presentes. Eso no se considera un acto masoquista, es necesario reconocer las emociones que se consideran negativas y seguir las instrucciones del terapeuta para poder sanarlas.
Otro punto rescatable en la terapia grupal, es la manera en la que el individuo puede encontrar sus malas relaciones en los demás. Es decir, ve el reflejo de su padre, madre, pareja, amigos o hermano, en los demás. Es muy posible que tenga que lidiar con actitudes que lo hagan enfadar y que lo haga recordar cosas que le duelen. Tal en esos momentos se sintió humillado, abusado, rechazado, abandonado o traicionado. Simular la escena y decir las tantas cosas que ha guardado es muy liberador.
Clasificación de terapias grupales
Finalmente, me gustaría hablar sobre los tipos de terapias grupales que me gusta impartir. En primer lugar, está la terapia cognitivo-conductual, la cual tiene como objetivo que el paciente sea consciente de sus pensamientos y opiniones. Es decir, por medio de distintas tácticas se consigue que el paciente sea capaz de afrontar los problemas buscando soluciones, no huyendo de ellos.
También está la psicoterapia de grupo interpersonal, en la que se busca reforzar la autoestima del paciente y enseñarle a crear nuevas relaciones, así como intentar recuperar las que ya perdió. En esta parte las emociones están a flor de piel y también se trabaja en el autocuidado. No se consigue nada reprimiendo lo que guarda la mente y el corazón. Esta terapia permite disminuir las conductas autodestructivas. Sin embargo, como especialista, te digo, no es sólo es mi responsabilidad hacerlo, se le enseña al paciente que él también es capaz de hacerlo. El control de sí mismos, esa es la clave de todo.
Aquí se brinda el modelo a seguir, pero es el paciente quien debe ponerlo en práctica, la teoría no sirve de nada si no pone de su parte. Definitivamente, llegar hasta la abstinencia absoluta no es nada fácil, las recaídas son latentes, pero no imposibles de vencer.
Estás en buenas manos, contáctame y te oriento.