Está claro que la salud mental se ha vuelto un tema muy popular en los últimos años. Tal parece que la sociedad le está dando la importancia que se merece. Es tan bueno asistir a un médico como ver a un terapeuta. El problema con muchos pacientes es que ignoran su estado mental y tienden a automedicarse, con el objetivo de controlar sus síntomas. Es ahí donde puede darse lo que se conoce como patología dual.
¿Qué es una patología dual?
Los expertos en salud mental se vieron en la necesidad de aterrizar este término, puesto que descubrieron que los pacientes adictos luchaban con algo más, no sólo se trataba de dejar una sustancia o comportamiento compulsivo. Es decir, la patología dual se da cuando el paciente no solamente tiene una adicción sino también un trastorno mental. Entonces ambos se complementan, de tal manera que resulta muy desafiante la sanación.
De hecho, es muy común que un paciente mal diagnosticado tenga recaídas más frecuentes en su adicción, porque no se trata de manera adecuada su trastorno. Sin duda, un círculo vicioso que puede convertirse en el mismo infierno. Por su parte, la adicción puede darse a sustancias conocidas, tales como: la marihuana, el café, el tabaco, alcohol, analgésico y otras drogas. A continuación te explico más a detalle.
¿Qué es una adicción?
De acuerdo a la OMS, la adicción se define como un padecimiento cerebral, que tiene efectos negativos en el sistema nervioso, por ende, puede llevar a la persona a cometer actos de los que después se arrepiente. Es una enfermedad, que si no es bien tratada se convierte en crónica y las consecuencias pueden ser fatales.
El cerebro lo único que entiende es que obtendrá algo a cambio, una satisfacción momentánea y es por ello que exige que se repita. Las sustancias o comportamientos compulsivos tienen un efecto directo en la neurotransmisión. De tal manera, que altera las conductas del adicto.
La adicción es incontrolable en el momento en el que el adicto no puede estar sin esa sustancia, porque al experimentar un leve período de abstinencia su estado de ánimo se ve modificado e incluso puede llegar a ser agresivo. No puede controlar sus impulsos, su único objetivo es satisfacer la necesidad de la droga y punto. El adicto está enfermo, no es capaz de reconocer todo el daño que provoca su consumo.
Sin embargo, con la terapia y el tratamiento adecuado, el adicto es capaz de recuperarse. La adicción es una patología compleja, pero todo comienza al comprenderla sin juzgar. Si tu ser querido está viviendo esta situación y realmente quieres ayudar, lo primero que debes hacer es ser empático y tolerante, porque no está ahí porque quiere, es algo muchísimo más fuerte.
¿Qué es un trastorno mental?
Un trastorno o enfermedad mental, se define como una afección que modifica la manera en la que piensa, siente y se comporta un ser humano. Algunas veces se trata de algo temporal y otras veces puede convertirse en crónico. Todo depende del análisis que determine un profesional de la salud mental.
Las enfermedades mentales más conocidas son: depresión, ansiedad, problemas alimenticios, entre otras. La manera en la que puedes percibir que empieza a cambiar tu vida, es cuando los síntomas afectan tu capacidad al realizar actividades cotidianas. Por ejemplo, tu rendimiento en el trabajo, la escuela y en tus relaciones interpersonales se ve afectado.
Síntomas de un trastorno mental
Antes que nada me gustaría aclarar que estos síntomas son muy generales y por ningún motivo es válido que alguien intente determinar su estado mental sin el apoyo de un especialista. Sin embargo, es señal de alerta si la persona experimenta períodos largos de tristeza, no tiene ganas de hacer nada, se siente confundida y le cuesta muchísimo mantener la concentración.
Por otro lado, sus miedos son descontrolados y siempre con la culpa por delante. Estos cambios provocan un estado de ánimo poco estable. De ahí que sus relaciones más cercanas se ven afectadas, pues el paciente se suele aislar. Hay una desconexión de la realidad, se siente cansado y sin energía. Por ningún motivo, hay que normalizar todas estas conductas y pensamientos. Las emociones son la señal de que algo no está bien.
¿Cómo saber si se trata de una patología dual?
Para determinar si una persona tiene una patología dual no es tan simple como relacionar su tristeza, por mencionar algún ejemplo, con el consumo de alguna droga. Depende mucho del ambiente en el que se desenvuelve cada paciente, su historial clínico y, desde luego, las heridas no sanadas.
Sin embargo, puedes tomar en cuenta algunos cambios que están fuertemente vinculados con la patología dual. En primer lugar, es posible que la persona últimamente sea mucho más impulsiva, a tal grado que no ve los riesgos de nada y mucho menos le preocupan las consecuencias que puedan derivarse de su comportamiento.
Por supuesto, esto es alarmante, porque son los primeros indicios de que se convierta en algo más grave. Es decir, la persona es más agresiva, su intención es lastimar con tal de obtener lo que quiere, no le interesan las reglas y el caos se vuelve parte esencial de sus días. De hecho, es posible también que el enfermo se aleje, decide estar en la marginación porque se siente poco comprendido, ni siquiera él mismo entiende su comportamiento.
Las pruebas médicas
Como mencioné anteriormente, determinar si un paciente tiene una patología dual no es tan fácil como analizarlo una sola vez. Se requiere del apoyo de un terapeuta y también de un médico profesional, pues hay que observar el grado de daño que la droga o el comportamiento compulsivo ha hecho en su sistema nervioso.
Por ello, son muy importantes las pruebas médicas, es la única manera en la que se puede obtener un resultado confiable. Primeramente, se emplean pruebas manuales psiquiátricas, que permiten determinar si el paciente está consumiendo alguna droga debido a su trastorno mental o viceversa.
Cómo prevenir una patología dual
Es imposible ignorar las estadísticas, la patología dual es una realidad entre los adolescentes y como padres hay que estar informados de ello para saber cómo abordar el tema y profundizar con tus hijos. No hay que ser un experto en matemáticas para determinar que entre más trastornos mentales más alta es la probabilidad de la patología dual. Es decir, los jóvenes son un grupo vulnerable. Así que hay que estar atentos a sus cambios.
Si tu hijo está pasando por cambios bruscos en su carácter, no lo minimices, no es normal que tenga actitudes impulsivas, groseras o completamente opuestas, por ejemplo que sea muy tímido o se aísle. Observa si se irrita frecuentemente o si repentinamente se le ve sumamente activo. Esto se debe abordar con un especialista ante las primeras señales, no lo dejes para después, porque una patología dual puede desarrollarse en un período de tiempo corto.
Cómo tratar una patología dual
Como su nombre lo dice, para acabar con la patología dual, es indispensable que el tratamiento se vea desde dos perspectivas, una es la drogadicción que el paciente afronta y la otra es el trastorno mental. En el segundo puede que requiera ayuda sólo psicológica y en algunos casos también psiquiátrica. Lo cierto es que las cifras lo dicen todo, al menos 6 de cada 10 pacientes adictos a una sustancia, suelen tener una enfermedad mental. No puedes darle solamente un tratamiento a alguien que lleva luchando contra la depresión y que después empezó a consumir drogas.
Por lo regular, la patología dual se trata desde tres perspectivas: secuencial, paralela e integrada. Determinar cuál es la más adecuada para cada paciente, depende mucho de su disponibilidad a la hora de llevar el tratamiento y también el nivel de salud que este tenga, es decir, si su vida corre riesgo, muy probablemente, necesita una desintoxicación inmediata.
En el caso del tratamiento secuencial, consiste en que el experto en salud mental le da prioridad al trastorno del paciente. Primero hay que indagar en lo que lo está agobiando y empezar las terapias, para que una vez que se sienta más estable, entonces sí recurrir a un modelo específico con el que pueda acabar con el consumo de drogas. Dos tratamientos en distintos tiempos.
Mientras que el modelo paralelo tiene el objetivo de acabar con las dos patologías al mismo tiempo. Sin embargo, son igualmente tratamientos diferentes, simplemente, el paciente asiste a un terapeuta o psiquiatra, pero también con el experto en adicciones. De hecho, es posible que ambos trabajen de la mano para obtener mejores resultados.
Finalmente, está el tratamiento integrado, en el que el enfermo es guiado por profesionales de la salud pertenecientes al mismo equipo de trabajo. Esto permite que la comunicación sea mucho más cercana y que se pueda intervenir más rápidamente en caso de que algo no esté dando los resultados esperados.
Si te sentiste identificado con este artículo debo decirte que no estás solo, has llegado al sitio indicado y te puedo guiar de principio a fin. La patología dual tiene cura, siempre y cuando, sea un profesional quien te apoye. Es la prueba de que la automedicación puede tener consecuencias graves. No te arriesgues.