Una adicción, se escribe fácil, pero el camino es largo, agotante y temeroso. Es natural, el ser humano le teme al cambio, a nadie le gusta salir de su zona de confort de la noche a la mañana, aunque en el fondo sepa que es perjudicial para su salud. Dejar de ser adicto a las drogas, el alcohol o cualquier otra conducta negativa, requiere una guía estructurada. Por supuesto, la recuperación no es mágica, tiene sus altas y bajas, pero lo indispensable es volver a levantarse. Entonces, ¿Qué se necesita para salir de ese infierno?
Lo cierto, es que la mentalidad ha ido cambiando con el paso de los años. Antes se creía erróneamente que las adicciones sólo estaban relacionadas con drogas o alcohol. Sin embargo, hoy podemos ver personas que son dependientes de la tecnología. Definitivamente, la manera de interactuar no es la misma y eso también modifica los problemas físicos, mentales y emocionales. Por mencionar algunos ejemplos, están los adictos a la comida, al trabajo, a las compras, a los videojuegos, entre otros.
CÓMO SE DEFIN UNA ADICCIÓN
Bien, la adicción se puede definir como la pérdida de control ante una sustancia, relación, actividad o cualquier otro comportamiento destructivo. La persona se vuelve dependiente y conforme avanza el tiempo su manera de relacionarse cambia por completo. Es decir, todo gira en torno a su vicio, ese deseo por querer más lo aleja de lo que realmente importa. El adicto es aquel que disfruta, obtiene una satisfacción cada vez que consume y por eso se vuelve exigente, no se conforma como en las primeras dosis.
Desde luego, este comportamiento tiene consecuencias negativas en su trabajo, vida social, sentimental y familiar. Entre las adicciones más populares están: el cigarrillo, Internet, drogas, adicción al trabajo, ludopatía, alcoholismo e incluso tener relaciones de manera compulsiva.
PORQUE ALGUIEN CAE EN EL MUNDO DE LAS ADICCIONES
Una pregunta que sacude millones de mentes, porque hemos sido testigos de que las adicciones acaban con la vida de las personas. Sin embargo, ¿Quiénes son más vulnerables? El hecho es que todo el mundo puede caer, pero que se convierta en una adicción depende del cuadro biológico, ambiental y emocional en el que se desenvuelva la persona.
El primer acercamiento a las drogas comienza con la fase de conocimiento. Es decir, su círculo despierta su curiosidad. También puede ser por presión social. El hecho es que durante esta primera etapa la persona se siente extasiada por los efectos que la sustancia tiene en su cuerpo. Lo que aumenta la posibilidad de que lo repita de nuevo. Además, influyen los antecedentes familiares. Si la persona creció en un ambiente en que los padres también eran dependientes o si no tuvo las reglas suficientes.
Son muchos los factores que pueden desencadenar una adicción. A veces, al indagar en la vida del adicto, se confirma que se encuentra luchando con una carga emocional, conflictos no resueltos que lo agobian y encuentra refugio en las drogas. También puede derivarse luego de una crisis económica o trastornos de la personalidad. Entre tanto, el cerebro reacciona ante el estímulo que le ofrece la droga o comportamiento adictivo, de tal manera, que lo exige. Entonces entra en un juego, tiene la motivación de evadir su realidad, toma la decisión de hacerlo impulsivamente y finalmente el organismo obtiene la recompensa que tanto quería.
CÓMO SABER SI ALGUIEN ESTÁ VIVIENDO UNA ADICCIÓN
Si estás preocupado por tu familiar, amigo o pareja, lo primero que quiero decirte es que tomes las cosas con tranquilidad. Sé que tal vez el impacto de descubrir que es adicto a algo es muy fuerte, pero no ayuda en nada que expongas tus prejuicios. El adicto está enfermo, ya llegó al punto en el que no puede controlar lo que consume y que le des un enorme sermón no ayuda en nada. Si realmente quieres saber si es adicto a una droga o un comportamiento compulsivo, toma en cuenta las siguientes señales:
Un adicto se vuelve tolerante a la sustancia, esto quiere decir que la cantidad que consume le parece poca y tiene que ir aumentando para disfrutar de los efectos. Prácticamente, se obsesiona con el tema y empieza a dejar de lado el resto de sus actividades. Ya no tiene un control, esa es la razón por la que aunque diga que ya lo va a dejar, no puede. Sus pensamientos, sentimientos y comportamientos ya no están en sus manos.
Cambios en sus hábitos
El adicto es preso de la sustancia o actividad, la necesita para sentirse bien y si no la obtiene de manera inmediata, se pone a la defensiva, irritable y molesto por cualquier cosa. Es una dependencia que no puede controlar, la ansiedad le grita que la necesita. Ya no le interesa nada más, deja de lado sus actividades, incluso las de rutina, como el trabajo o la escuela.
Otro punto evidente cuando alguien tiene una adicción, son los cambios en sus hábitos. Es decir, períodos de insomnio, exceso de sueño, falta de apetito o atracones repentinos. Son los dos contrastes, lo mismo puede ganar una gran cantidad de peso, que perderla. Aquí depende mucho de la genética, el historial clínico y el tipo de adicción. Por lo regular, un adicto llega al grado de descuidarse a sí mismo, se le nota la falta de atención.
QUÉ PASA CUANDO SE CONVIVE CON UN ADICTO
Es muy desgastante para las personas que tienen que lidiar con un adicto, sobre todo, porque la mayoría no tiene la menor idea de cómo tratarlo. Hay tanta negatividad alrededor de las adicciones, que muchas veces en lugar de ayudar terminamos provocando el efecto contrario. En realidad, la convivencia con un enfermo es muy fuerte a nivel físico, mental y emocional.
Hay que tener en cuenta que el adicto no se comporta desde sus cinco sentidos, lo que hace que el ambiente se ponga tenso. Es decir, no se sabe qué esperar, cómo va a actuar, lo que le va a gustar y lo que no. La adicción provoca que todo sea inesperado y eso afecta los lazos familiares. Simplemente, porque para el enfermo cualquier cosa pasa a segundo término, lo que le importa es saciar su dependencia. De acuerdo a las estadísticas, un adicto puede llegar afectar al menos a tres personas de su entorno.
El duelo de acompañar a un adicto
Definitivamente, la convivencia con el adicto empeora mientras su vicio aumenta. En especial porque a la gente le da miedo hablar sobre lo que está sucediendo en casa, no quieren que su familiar sea visto con rechazo y muchas veces prefieren fingir que no pasa nada. Ahí es cuando la angustia se vuelve tu mejor compañía, porque eres testigo de cómo el adicto deja de lado su bienestar. Desde lo más elemental, como comer o asearse.
Lo preocupante aquí es que convivir con un adicto puede llevarte a la codependencia.
Es decir, entre más requiere la sustancia o actividad compulsiva, más se vuelve dependiente de ti, como su pareja, familiar o amigo. De alguna manera, el adicto pone sobre tus hombros sus responsabilidades. Te lo digo con honestidad, no le ayudas en nada si resuelves sus problemas, sólo estás dándole la oportunidad de estar en una zona cómoda para continuar con su adicción. Recuerda que poniendo límites también se demuestra el amor.
La hostilidad es un problema latente
Entre más enferma está la persona, más negatividad se siente en el ambiente. Es decir, el adicto tiene arranques emocionales en los que es demasiado ofensivo. Un descontrol total, en el que el enojo y la frustración hablan por él. De igual manera, la mentira, el chantaje y la manipulación, se vuelven sus aliadas. Recuerda que está enfermo, hará todo lo que esté en sus manos para caer en el vicio. Aquí es donde empieza a prometer cosas que no cumple, culpa a todo el mundo de lo malo que le pasa, no sabe lidiar con el rechazo y mucho menos el fracaso. Todo este cúmulo de emociones hace que un día esté muy feliz y al siguiente la depresión hable por él.
Jamás seas tú mismo quien minimice por lo que estás pasando, no es que tomes el papel de víctima, te afecta y en muchas ocasiones tanto como al enfermo. Es un sentimiento de impotencia, que te hace creer que tu amor y tu comprensión, es capaz de ayudarlo a salir de ahí, pero no es cierto. Él es el que tiene que tomar la decisión de salir de ahí, no puedes solucionarle la vida ni tampoco dejar de lado la tuya. Te va a doler, pero soltarlo es lo mejor que puedes hacer. Por supuesto, buscar ayuda profesional te ayudará a que el proceso sea menos doloroso.
CÓMO PONERLE REGLAS A UN ADICTO
No hay que confundir el querer con ser permisivo. Un adicto no necesita que le pongan todo a sus pies, para evitar el conflicto. La única manera de empezar a romper el hábito compulsivo o la adicción a la sustancia, es saliendo de lo conocido. Se tiene que sentir incómodo para poder implementar otro tipo de actividades diarias que lo mantengan lejos del vicio.
No es una opción proteger al adicto, para que siga en lo mismo. Está luchando contra un dolor o angustia de la que no habla con nadie y ya se dio cuenta de que a nadie le importa si está hundido en las drogas. Porque muchas veces prefieren guardar las apariencias que aceptar lo que está pasando. En psicología la adicción se ve como la manera en la que el adicto se defiende, la pregunta es, ¿De qué? Hay algo más profundo detrás de ese consumo, una tristeza, un miedo, inseguridades, un fantasma del que nadie habla.
Para superar una adicción hay que empezar por indagar en la historia emocional del enfermo, poner sobre la mesa todo aquello que provoca caos y confusión en su día a día. De ahí que lo mejor es establecer una rutina. El adicto está pidiendo a gritos una reorganización de sus actividades, le urge añadir pasatiempos saludables, rodearse de personas que aporten a su bienestar.
CÓMO APOYAR A UN ADICTO
Una vez que se determina si el adicto tendrá un tratamiento ambulatorio, es decir, no será necesario que se le interne en un centro de rehabilitación, sin embargo, se le implementará una guía de terapias y exámenes clínicos para su sanación. Desde luego, la participación familiar es pieza clave, el adicto se recupera más rápido cuando hay convivencia. Entonces, ¿Qué cambios puedes hacer en casa para apoyarlo?
Primeramente, hay que quitar las tentaciones de su vista, si es adicto a los videojuegos, el alcohol u otra sustancia. Por mínimo que sea, el adicto puede caer en la tentación. Evita hacer comentarios en los que estén incluidas sus debilidades.
Por otro lado, evita hacer énfasis sobre su tratamiento, los reproches y críticas no le benefician en nada. Ten en cuenta que no puedes controlar su proceso. Quizás para ti va muy lento, pero para él son pasos gigantes, no juzgues.
Un punto relevante es que entiendas que tu ser querido está enfermo, esto quiere decir que muchas de las cosas que salen de su boca son imprudentes y en algunas ocasiones hirientes. No lo tomes personal, está en un proceso de desintoxicación y el síndrome de abstinencia provoca que sus ataques de ansiedad y enojo, hagan que diga cosas que realmente no siente. Intentar ganarle una discusión en ese estado sólo hará que te agotes mentalmente y que el lazo entre ustedes se deteriore más de lo que ya está.
El adicto está cambiando, necesita nuevas reglas, hábitos, gente. Es por ello que no vendría mal que hagas algo diferente en tu hogar. Por ejemplo, puedes mover los muebles de su sitio, pintar algunos, comprar flores. Que el lugar se vea distinto y evite que el enfermo recuerde todo lo malo que ha ido cargando.
TERAPIA DEL MÉTODO MINNESOTA PARA LAS ADICIONES
La enfermedad por consumo de sustancias o comportamientos compulsivos, va de la mano con la codependencia. Eso confirma que por más que alguien diga que ya no caerá en el vicio, lo vuelve a hacer. Por ello, te ofrezco probar el Método Minnesota, que se especializa en combatir todo tipo de comportamiento destructivo en el paciente.
El Método Minnesota es una serie de técnicas intensivas y que se implementan en un período de tiempo corto con el objetivo de que el paciente se integre nuevamente a la sociedad. Estas terapias permiten que el enfermo indague en su interior y descubra la verdadera causa de la adicción. Una vez que se detecta se trabaja individualmente para reforzar la autoestima del enfermo y pueda prepararse para el cambio.
Este modelo ofrece los doce pasos, los cuales son abordados mediante terapias cognitivas- conductuales. Esto para que el adicto pueda tomar conciencia sobre su enfermedad. Lo guía para que pueda comprender a profundidad lo mucho que afecta su enfermedad, no sólo a él, también a sus seres queridos. De hecho, hay grupos en los que más personas comparten sus experiencias y le confirman al adicto que no está solo.
La experiencia Minnesota se especializa en motivar al paciente, hacerlo entender que no está en sus manos, superar su enfermedad por sí solo y le ayuda a trabajar su amor propio, fortalecer sus virtudes y aprender a lidiar con sus inseguridades. Dirigir hacia el camino de la desintoxicación a un paciente, no es nada fácil, pero por eso está dividido en doce pasos, doce escalones que conforme se van subiendo le devuelven la esperanza al adicto.
Qué se logra con el Método Minnesota
Lo cierto, es que el Método Minnesota, para mí como especialista en adicciones, es el primer paso, pero no lo es todo, mi formación me permite indagar otro tipo de técnicas a favor de la salud del paciente.
Los doce pasos no son milagrosos, es complicado ir cumpliendo con cada uno de ellos. De hecho, se muestran ordenados, pero es posible que cada paciente avance a su ritmo y en un orden distinto. Es válido, porque el proceso individual es diferente. La única meta general es brindarle las herramientas necesarias al adicto para que rompa con todos esos pensamientos negativos que le inundan la mente. Es la autoconfianza la que le dará fortaleza para poder concluir con el tratamiento.
Situaciones de riesgo
El adicto será capaz de reconocer las situaciones que lo pueden poner en riesgo y podrá verlas de una manera más analítica y empática, es decir, ¿Cuáles son las consecuencias de que vuelva a consumir? Es por ello que el Método Minnesota no sólo promueve el perdón, sino que también lo ayuda a buscar soluciones.
Definitivamente, el enfermo se enfrentará a conflictos emocionales que le pueden dar ganas de volver atrás y tiene que estar preparado para todo, incluso las recaídas. Nadie dijo que es fácil cambiar todo un estilo de vida e implementar lo positivo. Sin duda, las partes grises de la rehabilitación también son necesarias.
Si tu intención es ayudar a alguien que está luchando contra una adicción o si tú mismo quieres salir de ese infierno, entonces puedes compartirnos tu experiencia y con gusto valoramos el caso. Puedes estar seguro de que se te brindará un tratamiento especializado y con grandes resultados. Ya diste el primer paso y el más difícil, aceptar que no puedes solo.
PASOS PARA EMPEZAR A SUPERAR UNA ADICCIÓN
La posibilidad de adoptar un cambio permanente en la vida de un enfermo es muy alta. Si tú eres adicto a las drogas, el alcohol u otro tipo de conducta compulsiva, entonces puedes comenzar con estos pasos:
No hay duda de que ya tienes la inquietud, entonces, ¿Cuándo empiezas? Establece una fecha para iniciar tu tratamiento. De nada sirve que te quedes con el deseo si no empiezas a buscar opciones.
Ahora bien, dicen que nadie sana en el mismo sitio en el que se enfermó, ¿Sigues ahí? La misma gente, las mismas actividades, los mismos hábitos, te mantendrán en donde mismo. Es tiempo de ver otros entornos, involucrarte en un círculo en el que te beneficien y al mismo tiempo te mantengan ocupado.
Mantenerse ocupado, es indispensable para no caer en el vicio. Si te sientes aburrido, sal a distraerte, da un paseo, conversa con tus amigos, mira una película. En la primera etapa de desintoxicación no estás para tener tiempos de ocio, porque pueden hacer estallar tu ansiedad.
Los seres queridos hacen la diferencia
Si estás solo no te preocupes, aquí puedes encontrar una red de apoyo simbólica que te acompañará hasta el último día de tu proceso. Sin embargo, si tu pareja, amigos y familiares están dispuestos a apoyarte, entonces siéntete muy afortunado. Eso aumenta doblemente el éxito del tratamiento.
Definitivamente, no hay tiempo exacto para despedirse de una adicción. Depende mucho del contexto del paciente y el tiempo que lleva siendo preso de esa mala vida.
En ese sentido, lo mejor es seguir las rutinas al pie de la letra. Al principio, será muy tedioso, pero con el paso del tiempo el enfermo se acostumbra a ser más organizado y reconocer lo que realmente es calidad de vida. Si él empieza a darse el valor que se merece, automáticamente todo se empieza a mover. El amor propio, la autoestima alta y autocuidado por dentro y por fuera, es la llave para alcanzar la estabilidad emocional.
Ya es tiempo de que eches a fuera todos esos pensamientos negativos referentes a las adicciones. Un adicto no quiere sentirse señalado ni tampoco tu lástima. Si tu manera de ayudar es ofendiendo, olvídalo, sólo vas a conseguir que su angustia se vuelva mucho más profunda.
Sólo quiero decirte que si estás intentando salvar a alguien, será mucho más complicado. No tienes que asumir responsabilidades que no te corresponden, a menos que se trate de un menor de edad. Puedes brindar tu ayuda, pero no hacer el trabajo que le toca al adicto. Jamás te agobies a ese nivel.
¡Tranquilo! Sé que en estos momentos te pasan muchas cosas por la cabeza y que no tienes idea por dónde empezar, pero te enseñaré cómo tratar una adicción desde el amor. Confía, porque el conocimiento habla por nosotros, hemos tratado con muchos casos similares, estamos preparados y estamos contigo. Llegaste a un lugar seguro, lo vas a sentir desde el primer instante que abordemos tu situación o la de la persona que quieres ayudar.